Es una verdad demostrada por la ciencia que nuestra huella digital no es igual a la de nadie en el mundo. Cada uno de nosotros es esencialmente diferente a los demás y esa particularidad que nos caracteriza alcanza cada espacio de nuestra naturaleza, sobre todo el campo de nuestras relaciones.
Así, cada historia de amor es también absolutamente única, y María Ximena y Andrés han sabido expresarlo aún en su boda. Se conocieron en el ámbito académico; los dos realizaban un MBA que salió mejor de lo que pensaban: además de avanzar en el área profesional e intelectual, darían un paso importante en su vida afectiva.
Amantes de los paseos en moto, las salidas fuera de Bogotá eran regulares los fines de semana. En una de esas decidieron ir a Apulo, el viernes se instalaron en el Hotel Spa Entremonte. El sábado, luego de desayunar y al volver al cuarto, Andrés le hizo notar algo a María Ximena: ‘Mira lo que nos dejaron’, le dijo. Sobre la cama había una libreta.
Cuando María Ximena la abrió se encontró con la historia de los dos en dibujitos: cómo se habían conocido, dónde fue su primer beso, sus viajes y al final de la misma, esta frase: ‘ahora quiero que pases el resto de tu vida a mi lado’. María Ximena lloró de la emoción; él a su lado, sacó el anillo y sin mediar palabra ella lo abrazó y dijo: ‘¡Sí, por supuesto!’
El 27 de febrero, en La Granja de Los Pinos, se realizaron la ceremonia y la recepción. Desde el principio los colores que María Ximena había escogido para la decoración se hicieron evidentes en todos los detalles, una paleta entre vino-tinto y blanco: el morado estaba en las flores y en los globos inflables, y el infaltable blanco también, como sus dos vestidos.
El primer vestido sería largo, blanco y sencillo, y lo usaría para la ceremonia. El segundo sería corto y lo usaría para la celebración. Los zapatos serían un precioso diseño a la medida, obra de Julieth Estrada. El maquillaje y peinado por Mauricio Leal Peluquería sellaban la obra de arte que María Ximena resultaba. Andrés se vestiría con la elegancia de los diseños de Carlos Nieto de la cabeza a los pies.
Natalia de Photomachine Studio se encargaría de registrar cada momento de acuerdo con la propuesta de los novios. Los detalles no escaparían al lente: el techo de luces, el árbol principal con faroles y marcos blancos, las flores naturales en arreglos logrados por Bodega y Cocina, los mismos diseñadores del ramo o las plantas en las mesas con los nombres de los invitados que vendrían siendo el mismo recordatorio.
Luego de una cena gourmet de los mismos proveedores de la decoración y del ponqué de Gloria de Santana (que también preparó una deliciosa torta de chocolate), vendría la celebración: luego de que los novios bailaran mi declaración, vendría una fiesta sin hora loca pero con unos invitados lo suficientemente locos para lograr la mejor fiesta, en alguna tanda de música las mujeres terminaron cantando y bailando en la tarima, con eso mucho se ha dicho.
‘Mágico, sincero y lleno de amor’, así describen María Ximena y Andrés su matrimonio. ¿Acaso no todo lo que representa nuestra esencia, lo que habla de nosotros y de nuestra particularidad no termina teniendo estas características? Es una dicha celebrar un amor así.
Hotel en que Andrés pidió la mano: Entremonte Wellnes Hotel & Spa | La ceremonia y la celebración se realizaron en: La Granja de Los Pinos | Zapatos de la novia: Julieth Estrada | Maquillaje y peinado de la novia: Mauricio Leal Peluquería | Traje y zapatos del novio: Carlos Nieto | Fotografía: Photomachine Studio | Decoración y Catering: Bodega y Cocina | Ponqués: Ponqués Gloria de Santana
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
Entérate antes que nadie de lo último en tendecias para bodas
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario