“Me llegó el momento… el momento difícil de pararme acá y expresar lo que estoy sintiendo, pero es un deber y vamos a afrontarlo”, pronuncia con la mayor entereza posible el padre de Naty, hay una sonrisa en su rostro. Es el momento del brindis, a su derecha está su mujer, a su izquierda su hija acompañada de su muy reciente esposo: Ernesto, quien a su vez está acompañado por sus padres. Todos sonríen.
Parece que, como nos contaba Naty, verdaderamente se encontraron el uno al otro dentro de los planes de Dios. Aunque el momento es emotivo, la felicidad vibra en el ambiente.
Sería un amigo en común el que los presentara. Naty tenía dudas acerca de la maestría que quería realizar en el exterior y este le presentó a Ernesto. Por los siguientes 4 meses la relación fue estrechándose entre conversaciones por Skype y Facetime, porque Naty ultimaba los detalles de su maestría desde Barranquilla y Ernesto concluía su MBA y trabajaba en Londres. Cuando Naty decidió viajar a Milán, Ernesto viajó desde Exeter a la misma ciudad, para recibirla. Esa fue su primera visita, en septiembre de 2015. Desde entonces y a pesar de la exigencias laborales de Ernesto, las visitas empezaron a ser más regulares y más duraderas, siempre en Italia: la Costa Amalfitana, Nápoles, Milán… pero nada sería tan especial como la primera visita de Naty a Inglaterra.
Sería para la ceremonia de grado de ‘Tico’, así llamaban los compañeros y maestros de MBA al novio de Naty, además de tratarlo con un cariño particular que su vitalidad y alegría inspiran. Luego de la ceremonia de grado viajarían juntos a Londrés. Mientras caminaban por el Salón de las Estatuas del Museo de Alberto y Victoria, y acompañado por la estética del lugar, Tico le dijo a Naty una frase que la tomó por sorpresa: ‘yo ya sé que tú eres la mía’, y entonces le propuso matrimonio. Pero ella también sentía lo mismo. Él mismo, al regresar a Colombia en febrero, hablaría con sus padres y con los de ella, para dar inicio a los preparativos de la boda.
“Se nos crecen nuestros hijos, se nos crece ‘la beba’ y hoy ha decidido ella este compromiso. Se ha encontrado en el camino a una persona muy buena, un hombre muy bueno que tiene a Dios en su corazón y eso nos da tranquilidad”, continúa el padre de Naty con su brindis. Y haciendo a Dios participe de su amor, Naty y Tico decidieron que la ceremonia se realizaría por lo religioso, con la compañía de un sacerdote amigo de la familia de Naty, el padre David López, en la sede Náutica del Club Lagos de Caujaral, un ambiente rodeado de naturaleza y con un lago de fondo que le daba junto con los colores del atardecer, un tono romántico al momento.
“Mi nata hoy está hermosa. Estás hermosa con ese vestido de novia y tus florecitas y todo… pero lo más hermoso es esa sonrisa tuya de felicidad, de ilusión’, continúa el discurso, pero sería un error pensar que se trata del ojo del padre. Realmente así se veía Naty: su vestido de seda italiana con la espalda semidescubierta y detalles en encaje y organza. Junto con los tacones, su vestido había sido adquirido en Acquachiara. Su sonrisa se acompañaba del maquillaje profesional de Shadia Acosta y del trabajo del estilista Gustavo Castro: 3 pequeñas rosas a un lado de su cabello recogido, un look bastante fresco y natural que la representa bien. En sus manos un anillo diseñado por su novio y elaborado por el famoso Sebastián Jaramillo y un ramo obra de Mónica Angulo de rositas terminadas en perlitas, blancas y rosa pastel, como el saco del del novio.
Sí, Tico tenía una chaqueta rosada que hacía parte del espectacular diseño de Alex Baute, el juego con la camisa, con el pantalón blanco y con el corbatín gris, lucía genial. El detalle particular eran las medias rosadas de un tono más fuerte que lograban un contraste genial antes de terminar en los zapatos Vélez. Luego de una ceremonia con un marcado ambiente familiar y un gelato artesanal de Andrea Sierra, pasarían a las mesas. Mientras tanto, Andrea Kopp con su grupo Georgette Band, deleitarían a los asistentes con música suave.
El ambiente estaba acompañado de flores como las del ramo acompañadas de eucalipto y follaje verde, que también estaban en los centros de mesa, junto a letreros que hacían mención a las ciudades visitadas por los novios en Europa: Amalfi, Londres, Exeter, Milán, Nápoles, Bologna… Al caer la noche brillarían las velas que acompañaban esta decoración y el techo de luces que cubría la pista de baile y algunas mesas hasta el árbol en el centro del lugar, una excelente decoración de Cristo Hernández.
El menú que ofrecerían a los invitados sería obra del club que los acogía: de entrada recibirían ceviche de pescado y de plato fuerte algo con un toque criollo para sorprender a los invitados extranjeros: salmón a las finas hierbas, pollo en salsa cremosa y posta cartagenera. Aunque los novios no ofrecieron un detalle, todos se tomaron una fotografía con la botella que tenía en la misma caligrafía de Old Parr, sus nombres, ‘Tico y Naty’ y la fecha.
“Estamos seguros que… –dice el padre de Naty y luego pasa saliva-, con la bendición que hoy tuvo de papito Dios, de mamita María, va a tener… –y de nuevo se le va la voz y agacha la cabeza para contenerse-, un futuro de pura felicidad”, así registra el video de William Torres uno de los momentos más emotivos de la celebración. Cuando el brindis se ha terminado, alguien en la concurrencia repite “¡que vivan los novios!” y la celebración toma fuerza.
Con los tenis que Naty misma diseñó, estos especialmente para novias, de su marca: Zapatos Ware, un emprendimiento que inician junto con Tico, bailaron ‘Enrédame’ de Fonseca. En las fotos de Christian Goenaga queda registrada la belleza del momento… la belleza de todos los momentos. Es impresionante la calidad de su fotografías. Después vendría la fiesta.
La orquesta de Eddy Rodríguez sería la que llevara a los novios a disfrutar entre una gran tanda musical de salsa y merengue. La intervención de Sandra Escudero, locutora de la emisora radial Olímpica Stereo, mientras cantaba ‘La guacherna’, haría lo que Naty llamó “una pequeña hora loca de una canción”, la noche cerraría sin contratiempos, como lo había planeado la wedding planner Edna Cahuana, con la presentación de Martín Bosio y su grupo vallenato.
“Yo quiero brindar por esa felicidad, que vivan los novios y gracias por acompañarnos”, son las últimas palabras de la emotiva intervención de este enternecido padre. Naty está de acuerdo, para ella todo este día significa también felicidad: “El día más feliz de nuestras vidas, fuimos muy afortunados”. Y la verdad es que sí, la fortuna los ha visitado, parece que están invitados a ser felices.
Ceremonia y celebración en: Club Lagos de Caujaral | Vestido y tacones de la novia: Acquachiara | Zapatos de la novia para la celebración: Zapatos Ware | Maquillaje: Shadia Acosta | Estilista: Gustavo Castro | Anillo de compromiso: Sebastián Jaramillo | Ramo y decoración floral: Mónica Angulo | Vestido del novio: Alex Baute | Zapatos del novio: Vélez | Gelato artesanal para después de la ceremonia: Andrea Sierra | Banda para la recepción: Georgette Band | Decoración: Cristo Hernández | Video: William Torres Films | Fotografía: Christian Goenaga / Wedding Photographer | Orquesta: Eddy Rodríguez | Animación: Sandra Escudero | Wedding planner: Edna Cahuana | Grupo vallenato: Martín Bosio |
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