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La boda de Lucía y Camilo: ¡un amor al mejor estilo vallenato!

Una historia de amor importada desde Valledupar. ¡No dejes de ver las fotos de este hermoso matrimonio campestre!

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Wilfran Castillo ha sido cómplice, sin saberlo, de muchas historias de amor. Sus canciones en las voces de Pipe Peláez, Gusi & Beto, Fonseca y otros grandes de la escena nacional, han sido el anticipo de muchos besos, la dedicación amorosa o el primer baile de los novios. Esta historia es la excepción a la regla: aquí Wilfran no participa solo desde la radio o desde la tarima, sino desde la mesa.

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Foto: Valeria Quintero Fotografía
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Sí, mientras departía en una mesa con Camilo Daza Quintero; su cuñada, Lucía Salem Morillo, llegó al lugar. Los presentaron al instante y la conversación fluyó mientras disfrutaban de la comida, pero, como Lucía dice emocionada; nunca imaginaron que terminarían contando la bonita historia de su matrimonio en Zankyou.

El amor nos lleva siempre hacia adentro del otro, queremos indagarlo, conocerlo, aprenderlo para poder reconocer sus gestos de cariño y para saber cómo tocarle las fibras con nuestro amor. Lucía llegó a conocer de tal manera a Camilo, que insistía siempre en que ella notaría cuando llegara el momento en que él le pidiera la mano. Pero Camilo no se había quedado atrás en la misma tarea, tal fue el conocimiento que adquirió de la mujer que amaba, que logró sorprenderla.

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Foto: Valeria Quintero Fotografía

Si tu novio te pide el favor de que le pases la bolsa con los zapatos nuevos que usará esa noche, la última idea que viene a tu cabeza es que de ahí va a salir una cajita roja. Cuando salió de la bolsa, Camilo le dijo que en realidad lo que había ahí era un regalo para ella. Casi sin poder entender de dónde salían ahora las flores y la champaña, Lucía sentía crecer esa sensación de emoción profunda en su interior y no pronunciaba palabra.

Cuando Camilo abrió la caja en silencio, y al contemplar el solitario en oro blanco con el diamante de 0.5 kilates de Martha Lucía Álvarez Joyería, Lucía atinó apenas a decir un ‘Sí’. Un ‘sí’ ahogado por un llanto de esos alegres. En el centro de la heroica Cartagena y acompañados por Valeria, la pequeña prima de Camilo, celebraron su compromiso en un restaurante en el centro de la ciudad.

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Foto: Valeria Quintero Fotografía

El 19 de diciembre, a las 4:00 p.m., los Reyes Magos desde el altorrelieve ubicado en el interior de la Iglesia Inmaculada Concepción, edificación histórica ubicada en la plaza Alfonso López en el centro de Valledupar; contemplaron la llegada de Lucía que llegaba casi como una primavera al recinto.

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Foto: Valeria Quintero Fotografía

Y casi como una primavera porque ella había escogido que el motivo fueran las flores. De pies a cabeza, Lucía era, como dice el vallenato que canta Pipe Peláez: la más hermosa flor. Sus zapatos; plataformas en fique color beige, de la tienda de la diseñadora Renata Lozano, hacían juego con el ramo en tonos pastel diseñado por Sweetday Valledupar: rosas blancas, astromelias, peonias, que se sumaban a las flores pintadas a mano, una a una sobre una tela completamente lisa, en el vestido hecho por la diseñadora vallenata Naiduth Geles. Todo este arreglo floral encontraba su corona en la belleza de Lucía, maquillada y peinada por el estilista Camilo Domínguez.

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Camilo debió quedar sorprendido al verla así: como se viste una flor. Con un vestido formal a rayas azules y blancas muy finas del también vallenato Juan Pablo Socarrás, que sumado a sus zapatos Aliquam de Argento & Bourbon, le daban un toque de elegancia apropiado para la ceremonia pero adecuado para la celebración campestre; la esperó en el altar para completar la escena: un hombre feliz en una primavera.

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En el altar se prometerían amor eterno y los símbolos serían, para él: una argolla de oro amarillo, lisa y con el nombre de su esposa grabado. Para ella una argolla en oro blanco, bordeada de 8 brillantes y con el nombre Camilo grabado por dentro. Las dos argollas de la misma joyería en que Camilo adquirió el anillo de compromiso.

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Ya siendo esposos y con la alegre compañía de los participantes, se dirigieron al Conjunto Campestre Bosques de Rancho Mío. Allí se daría paso a la celebración. Tan pronto como las invitadas llegaron, recibieron un abanico de mano en palma, decorado con un lazo en encaje español de color beige que Lucía misma, en compañía de sus hermanas Tata y Olgui (como cariñosamente les llama) y su amiga Silvia Egurrola, elaboraron.

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La decoración de la fiesta, en consonancia con el ramo de la novia, constó de colores pastel y una amplia variedad de flores, todo bajo la dirección de Candy Baute: ‘Solo quería ver flores lindas’, afirma Lucía. Hasta los manteles de las mesas redondas las tenían y había algún ramo en las mesas rectangulares. Un ambiente vintage envolvía a los invitados entre sillas en madera, candelabros y manojos color pastel.

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Sin lugar a dudas da mejor testimonio que mis palabras el implacable lente de Valeria Quintero, que no dejó escapar ni un detalle de la celebración así como ningún momento en todo el matrimonio, desde antes de la ceremonia y hasta el final de la noche, como lo hacen los apasionados, como solo lo garantizan los profesionales.

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Luego de una exquisita cena compuesta por una entrada de cola de langosta cortada en su concha con mayonesa casera y caviar. Un plato fuerte de lomo fino al carbón en salsa de vino jerez y frutos secos, rollos de pavo en salsa apricot y arroz rojo del Himalaya con chicharrón de pato. Una ensalada rica y saludable: una variedad de antipastos que contenía pimentón, champiñones, mixto de aceitunas, berenjena, tomates cherry y bolitas de mozarella. Todo esto en recipientes diferentes para que nuestros invitados combinaran a su gusto, obra del Chef Rafa, vino el baile.

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Cuando la banda papayera La Wepaya se presentó se repartieron los demás, que Lucía en compañía de sus hermanas habían realizado: unas vinchas con muchas flores hechas a mano y sandalias planas para su comodidad decoradas con tutú y flores. ¡La celebración fue tan especial que Lucía no dudó en afirmar entre risas que se quiere casar de nuevo!

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Al final de la noche, en algún momento, notaron que Wilfran había cantado Arroyito en lugar de Tengo tu amor para el baile de los novios. Tan divertidos estaban que no se habían percatado. Acaso se darían así las cosas para que siempre deseen repetir ese momento mientras se cantan: tengo mi amor colgado de tu corazón llenándome el alma de ti para refugiarme en tu amor…

Fotografía: Valeria Quintero | Capilla: Iglesia de la Inmaculada Concepción |  Recepción: Conjunto Campestre Bosques de Rancho Mío | Vestido de la novia: Naiduth Geles | Vestido del novio: Juan Pablo Socarrás | Anillo de compromiso y argollas: Martha Lucía Álvarez Joyería || Zapatos de la novia: Renata Lozano | Zapatos del novio: Argento & Bourbon | Decoración de la recepción y ramo de la novia: Sweet Day Valledupar | Menú: Chef Rafa | Música y animación: Wilfran Castillo y Wepaya | Wedding Planner: Candy Baute.

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