Con una sonrisa inmensa por ver a tanta gente querida, pero especialmente por ver los ojos impresionados del novio, caminas hacia el altar. No sabes que estás sonriendo, los demás sí, pero tú estás demasiado metida en vivir tu día como para siquiera pensar en eso. Solo hay una forma de que puedas saber que eso pasó: que, cuando pasen algunos días después de la boda, te des cuenta en las fotos de que tenías una enorme sonrisa y que todos alrededor la reflejaban en uno de los días más felices de tu vida. Gracias a los fotógrafos por existir.
La fotografía de boda: mejor espontánea
Por supuesto que hay fotos posadas y eso está bien. Pero lo mejor de las fotos de boda para Jorge Goenaga Fotografía es que capturen la magia que se va desatando a pequeñas gotas durante el día de la boda: la risa acompañada de lágrimas de los votos, el abrazo con la mejor amiga a la salida de la iglesia, las sonrisas mientras bailan todos al mismo tiempo… ¿Quiere eso decir que las fotos de pose quedan siempre aburridas? Este profesional dice, y sus fotos lo demuestran, que si consigues uno de esos fotógrafos que saben ser amigos, no resultan así.
La confianza hace que te puedas parar en medio del paisaje que hayan escogido y puedas dedicarte a ser tú junto a tu pareja frente a las cámaras. Se llega a convertir incluso en uno de los momentos más bonitos de la boda o en uno de los mejores recuerdos cuando haces sesiones preboda. Al fin ese va a ser el resultado más valioso de toda la inversión que la boda representa: los recuerdos. Nuestra recomendación es que los encomiendes en manos profesionales en conservarlos y las del genio detrás de esta galería, demuestran que son totalmente confiables. Te lo recomendamos.
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