‘El amor está en el aire’ o ‘love is in the air’ como el título de aquella película made in Hollywood que pudo cautivarnos en su momento y que hizo vibrar a tantos adolescentes y parejas de la generación millennial. Y qué felices seríamos si tan sólo este sentimiento fuera lo único latente en cada partícula de aire que inhalamos y que luego exhalamos al son de una canción, unas palabras o simplemente una caricia, que nos hace pensar que nada más es importante en el mundo que ese instante vivido.
Pero muy a pesar nuestro, hoy no es así. Y en estos momentos el universo ha conspirado para revelarnos que aunque el amor es la energía que mueve a las personas hacia una felicidad infinita, muchas veces este se topa con amenazas invisibles, pero muy poderosas (por no llamarlas de formas más catastróficas) que ponen todo, y a nosotros y los nuestros, de revés.
Esa amenaza, que tiene su nombre – en el que no recabaremos a fin de no atizar más su nefasta presencia – está menguando en la humanidad, confinándonos a un encierro que más allá de lo físico, nos envuelve en una cortina donde por momentos no logramos discernir qué es realidad y qué puede ser ficción.
Sí, ficción… algo inexistente para una humanidad doliente pero también luchadora, que equilibra la balanza, en donde el miedo y el valor aúnan sus esfuerzos para salir al campo de batalla, aún cuando para muchos ese ‘campo de batalla’ sea una simple y claustrofóbica metáfora.
¡Todo está trastocado! Los novios que tenían entre sus planes materializar sus sueños de amor, vieron cómo estos eran ultrajados por el caos de lo impredecible, armando paralelos en sus cabezas, unos de modo surrealista y otros en donde las alarmas de ‘pánico’ se activan pensando en lo que vendrá en un futuro próximo y tal vez incierto.
Planes, proyectos, iniciativas o simplemente ‘vivencias’ que se truncan en el presente. Y es aquí donde podemos revertir lo negativo, transformando esta realidad en un ‘presente imperfecto’, que nos permita explorar nuevos y variados senderos, que no hubiéramos imaginado siguiendo el curso normal -¿o rutinario? – de nuestras vidas.
Vivimos en medio de una pandemia… ¡Sí! Y no es la sinopsis de un largometraje en alguna plataforma de streaming. Pero queremos mutar a otra que se llame AMOR, que se propague por cada rincón, muro, vértice, poro y cualquier cavidad por minúscula que parezca. Que el mundo colapse ante una vorágine de abrazos, cosquillas, caricias y pellizcos, porque así es como nos inyectamos de energía, con el contacto tibio de quienes queremos y amamos.
¡Sólo tenemos que darle tiempo al tiempo y que los esfuerzos de la humanidad nos traigan la calidez y la embriaguez de este sentimiento único!
Y que el intruso se evapore pronto para convertirse en una historia donde la supervivencia, el valor y la tenacidad de todos nosotros hicieron lo posible por derrotarlo.
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