En un aeropuerto comenzó la historia de Lizeth y Luis, el lugar donde trabajaban ambos. Esto les dio la oportunidad de conocerse mejor y apreciar sus cualidades, por lo cual se enamoraron más pronto de lo que pensaban! Hoy te contamos los detalles de esa historia y la hermosa boda que vivieron con su familia y amigos.
El trabajar juntos les hizo ver lo bueno que tenían el uno del otro a simple vista; pronto comenzaron a salir, compartir juntos sus miedos, confesar sus sueños y reir juntos. Poco después llevaban un noviazgo que les hacía bien a su corazón; por eso, cuando cumplieron su aniversario, Luis la llevó a cenar. Primero la recogió en el trabajo y le llevó lirios, las flores favoritas de Liz, como le dicen sus amigos de cariño. Ella no tenía la más mínima idea de sus intenciones.
Se suponía que todo era por la ocasión del aniversario, Liz no sospechaba nada; luego de pasar un rato juntos llegaron a la cima del Cerro de Monserrate, uno de los lugares más preciosos para hacer una pedida de mano inolvidable. Liz quedó sorprendida subiendo al teleférico, entraron a Casa San Isidro, un restaurante rústico y acogedor, donde los ubicaron cerca de una ventana y tenían la vista más hermosa de la ciudad de Bogotá.
Luis se notaba muy nervioso, y aunque no le pasaba por la mente ninguna propuesta de matrimonio, pidieron la carta y él se levantó de la mesa; cuando volvió por segunda vez porque “supuestamente el baño estaba ocupado”, le dio a su novia una tarjeta que decía “no te digo que será fácil, pero sí valdrá la pena”. Al abrirlo leyó otro mensaje que decía ¿quieres casarte conmigo?
Al leerla, el novio enamorado se arrodillo y sacó el anillo; Liz lloró de emoción y le dijo el Sí que cambiaría para siempre sus vidas. Las otras mesas los felicitaron y aplaudieron, fue un momento inolvidable para los dos. Muy pronto, comenzaron a preparar todo lo necesario para conmemorar un acontecimiento tan trascendental. Por esto, decidieron celebrar la ceremonia y la recepción en un hermoso lugar rodeado de naturaleza; la Hacienda Puente Piedra los enamoró.
Entre Luis y Liz unieron esfuerzos para hacer su propia decoración. El ramo y las flores de la boda las consiguieron en una floristería en Bogotá. El resultado fue justo como los identificaba: sencillo pero significativo.
La familia de los novios dio el catering tipo buffet como un regalo especial para ellos. La torta la realizó Árbol y Hoja Repostería artesanal”; el pastel más exquisito que pudimos probar en la vida”, afirmaron los novios a Zankyou.
Y después de todos los preparativos y tiempo de organización, dejaron en excelentes manos los recuerdos de su boda, a un excelente equipo de fotografía y vídeo: Erick Robayo Wedding Photographer y Niki Santini Wedding Videographer.
Los escogimos a ellos, porque habíamos asistido a una boda y ellos fueron los encargados de las fotos y videos, nos encantó el resultado y decidimos buscarlos para que también estuvieran en nuestra boda. La verdad nos fascinaron todas sus propuestas y cómo realizaron su trabajo. Fue impecable.
Finalmente, acordaron todos los detallitos que faltaban para su boda campestre y vintage, tal como ellos lo habían soñado. El resultado fue espectacular! Con ayuda de sus familias y amigos,lograron tener una boda muy romántica y acogedora.
¡El gran día llegó! La talentosa Ruby Lemus Make Up, se encargó de resaltar preparar a la novia, resaltando su belleza, así como la hermosa sonrisa de Liz, la cual dejó al novio atónito de felicidad.
Su vestido de novia fue elaborado en la boutique Esther Céspedes y el traje de novio y los zapatos fueron adquiridos en la tienda ZARA.
Las horas pasaron volando. De pronto, la novia estaba lista, los pajesitos estaban caminando al altar, con mensajes muy bonitos que avisaban al novio que ya venía su princesa.
Así, tuvieron una emotiva ceremonia en la que fueron inevitable las lágrimas. Cerraron su unión con un par de argollas de compromiso con un bello detalle de hojitas de plantas y dos esmeraldas. Además, los hermosos anillos tienen tallados un lindo detalle que dice “Luis y Lizeth por siempre”.
Los invitados recibieron un lindo detalle con un símbolo de hojita, el cual tiene para ellos un significado importante: “son por nuestra unión como novios y de ahí sale una hoja más grande que significa que ahora somos uno”.
Un par de horas después comenzó la feliz celebración. El baile fue un momento romántico en sus vidas que recordarán por la canción A Thousand Years; sus familiares estaban felices de verlos con sus sonrisas de enamorados, y cantándose palabras tan bonitas al ritmo de una melodía tan romántica.
“Esta es una canción que particularmente nos trae hermosos recuerdos, y nos les hace tener presente la promesa de estar juntos y siempre volver a encontrarnos sin importar las circunstancias”, confesaron los esposos a Zankyou.
Así pues, en lugar de hora loca, decidieron compartir una deliciosa cena con sus personas favoritas en el mundo. Fue una boda íntima que realmente significó el mundo para ellos. Además, los invitados estuvieron super contentos con cada momento vivido, y se sintieron especiales por los recién casados, Liz y Luis.
“La palabra amor se hizo tangible en nosotros, y ahora todo tiene sentido”, agregaron los felices recién casados acerca del maravilloso día que decidieron unirse en matrimonio, para ser dos en uno por siempre. A ellos los felicitamos por tan lindo amor, y deseamos sigan cultivándolo para toda la vida. Inspírate también con la boda de Andrea y Nelson ¡Una boda íntima con mucho estilo!
Ceremonia y recepción: Hacienda Puente Piedra | Maquillaje y peinado: Ruby Lemus Make Up| Fotografía: Erick Robayo Wedding Photographer | Vídeo: Niki Santini Wedding Videographer | Pedida de mano: Casa San Isidro | Vestido de novia: Esther Céspedes | Traje de novio y zapatos: ZARA | Torta y postres: Árbol y Hoja Repostería artesanal
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