¿Qué las casualidades no existen? Que se lo digan a Paloma y Manuel, que su unión fue producto de un encuentro casual, una noche de fiesta, cuando se encontraban ambos de intercambio estudiantil en la ciudad de Torino, Italia. Ambos son españoles y sus vidas se unieron siete años después en la maravillosa capital de España: Madrid.
En la vida de esta pareja todo ha sido mágico, desde su inicio en tierras italianas con ese encuentro casual hasta el sueño de Paloma de siempre, que le pidieran matrimonio en París. Manuel lo preparó todo sin dejar nada al azar. Eligió como escenario el fantástico castillo de La Bella Durmiente en Disneyland, allí sacó un peculiar anillo de Mickey Mouse, acorde con el mágico sitio, y que fue objeto de risas y carcajadas a la novia a la vez que no podía contener el llanto. Luego finalizaron su día, sellando su amor con un candado en el ya famoso puente junto al Río Sena.
Un historia de amor iniciada en Italia, reafirmada en Francia y sellada un 25 de Mayo de 2013 en la Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en España. El Casino de Madrid fue el escenario escogido por Paloma y Manuel para celebrar su enlace, un lugar lleno de lujo y sofisticación, ideal para la realización de bodas.
Todos los detalles de la boda fueron preparados con sumo cuidado. Paloma siempre lo tuvo claro, quería para su gran día un bonito vestido de Jesús Peiró de corte en A y escote palabra de honor, personalizado con unas sutiles mangas dándole todo un aire muy romántico al vestido. Ella apostó por ese diseñador y no defraudó.
En cambio, Manuel quiso lucir un elegante chaqué de Trajes Guzman acompañado de un chaleco color beige y una corbata roja. También llevó unos gemelos de plata, un recuerdo muy especial del padre de Paloma.
Los detalles que lució Paloma fueron elegidos minuciosamente, consciente que quería un recuerdo acorde al magno evento. Por eso acompañó su look de novia con joyas de oro blanco de Tous y unos zapatos en tono blanco roto de Pura López que, una vez sintió cansancio, sustituyó por sus puntas de ballet.
Paloma no quería dejar nada al azar y contrató los servicio Blow dry Bar para realizar su maquillaje y peinado. Los cuales hicieron un magnifico trabajo evidenciado en un sorprendente recogido con trenza, dando un look muy sofisticado. Utilizó un ramo de rosas en color salmón, el cual replicó para sus 11 amigas más intimas, ¡un detalle muy único!
Se vivieron muchos momentos emotivos, pero uno de los más emocionantes fue la llegada de la novia a la Iglesia. Paloma entró acompañada de su damita de honor quien lucía un romántico tutú, diseño de Teresa & Leticia, y quien lucía también unas zapatillas de ballet.
Paloma y Manuel estuvieron acompañados de sus familiares y amigos más cercanos quienes hicieron de la ceremonia un momento muy especial para la pareja. El que más atesora Paloma es cuando sus amigas de la infancia le dijeron unas palabras que quedarán siempre grabadas en su corazón: “Manuel, eres la calma para este torbellino de mujer, Paloma, en la mayor coreografía de tu vida”. ¡Una palabras que Paloma nunca olvidará!. Durante toda la ceremonia hubo sonrisas, lágrimas y miradas muy cómplices entre la pareja de novios ante la mirada de todos sus invitados.
Una vez terminada la ceremonia en la Iglesia, los familiares y amigos disfrutaron de un delicioso cóctel en el lujoso Casino de Madrid a cargo de Paco Roncero, mientras los novios visitaban los lugares más emblemáticos de la ciudad para reflejarlos en fotografías muy especiales llenas de detalles únicos, como el que Paloma haya cambiado sus tacones para convertirse en una dulce y delicada bailarina de ballet. Todo esto bajo el objetivo del lente de Leticia Campos, quien supo captar a la perfección la complicidad que había entre ambos y crear un álbum fotográfico lleno de recuerdos inolvidables.
La llegada a la celebración de los novios, estuvo enmarcada de un ambiente parisino, tal y como fue la pedida de mano, y como si de una boda de cuento se tratara, el matrimonio eligió para el baile de novios, la canción “Eres tú mi príncipe azul” de la Bella Durmiente y cerraron la fiesta con una canción italiana “Ché figata di Serata”. Sin duda alguna, una boda digna de una princesa de ballet en su cuento de hadas.
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