Tenemos que empezar diciendo que Susy nunca utilizó el término ‘príncipe azul’. Pero sí nos contó que, aunque ella no, Mauricio sí recuerda perfectamente el día en que por primera vez vio a ‘la nueva’; Susy, que llegaba a Panamá desde Colombia a hacer parte del mismo departamento en que él era jefe; también que cuando todos pensaban en ‘ligar’ y ella solo quería compañía en ese difícil momento de acoplarse a otro país estando sola, él, aconsejado por las compañeras de Susy que se habían enterado de esa queja, la invitó a salir ‘sin compromiso’ y que tuvieron un par de salidas “muy light” (en términos de Susy) y que en cada una de esas ocasiones, él la hizo sentir como una princesa. Así que el término le aplica.
En realidad lo usamos porque el día de la boda Mauricio vistió un traje azul de tres piezas Hugo Boss, un reloj Montblanc y unos zapatos negros Banana Republic, pero no queríamos inducir la idea de un cuento de hadas. Esta historia se parece más a una chick flick: dos nerd (en descripción de Susy), que se conocieron en la oficina y luego de dos salidas decidieron ir a bailar salsa pero el momento no se les dio porque bailando no acoplaban y porque la música del local con banda en vivo, estaba a un volumen muy alto. Entonces tampoco pudieron hablar mucho y pensaron que no habían hecho click.
Pero, aunque una de las preocupaciones de Mauricio era el asunto laboral; sería una semana después, precisamente en un evento de la empresa en las playas de Buenaventura, donde, mientras bailaban un merengue de Juan Luis Guerra, se dieron cuenta de que el amor había brotado y él le preguntó que ‘si podían salir’, pero ella tenía un viaje programado a Medellín, así que les tocó Skype. Luego de tres semanas de horas y horas de videollamadas, un día, desesperado, Mauricio tomó un avión y llegó a Medellín. Estando allí, le dijo a Susy que si quería ser su novia y hasta conoció a los papás. ¿Escena de película? No fue la única.
Mauro es malo para las sorpresas. Además, él y Susy van juntos a todo lado: al supermercado, a la farmacia… a todo lado. Y si están en un viaje, más. La joyería estaba al lado del hotel, pero Mauro no hallaba cómo despegarse de Susy para ir por el anillo. Afortunadamente, hay que decirlo así, ella llegó enferma al viaje y una de las noches, él le dio “un antigripal que tiene somnífero como para dormir 7 ballenas”, cuenta Susy. Así que a la mañana siguiente ni se dio cuenta de que él había salido por el anillo. Esa misma tarde irían a Lombard Street, en San Francisco.
Luego de almorzar en The Stinking Rose, un restaurante especializado en ajo, “apenas para una pedida de mano”, comenta entre risas Susy, se fueron al lugar. Cuando hubo menguado la gente, empezaron el ascenso, pero hubo un punto en el que, entre la enfermedad y el cansancio, ella le dijo a Mauro: “¡Ay, ya no más! Desde aquí se ve…”, pero él no cedió. Una vez en la cima, se puso de rodillas y sacó el anillo de Tiffany & Co., ella dijo un rápido sí y se lo arrebató, “esa semana había visto un video en el que le robaban el anillo a alguien proponiendo en la calle. Cuando lo volví a buscar resultó ser broma”, explica Susy.
La boda civil la harían en México, donde ya llevaban un tiempo viviendo y donde estaban los encantadores abuelos de Mauricio, que no podrían viajar para participar de la ceremonia y la celebración que Avalón Weddings, organizaría a distancia y a la perfección para esta pareja, en la Hacienda Fizebad en El Retiro, Antioquia; una ceremonia simbólica hippie y una celebración en la que el negro tuvo su lugar, el mismo color que la novia había escogido para su vestido.
“El negro es el mejor color de ropa del mundo (el 70% de mi clóset es negro), es un color elegante, los vestidos formales a mi gusto, deben ser negros o rojos”, cuenta Susy. Luego de buscar por muchos lugares sin encontrar algo satisfactorio, le recomendaron el trabajo de Alado Diseño. No solo le encargaría su vestido sino que además lo combinaría con unos zapatos vino tinto con flores rojas bordadas y un tocado del mismo color. Así, con unas aretes de diamante con perlas, con las que la abuela de Mauricio se casó y con un ramo de toque rosa y flores vino tinto, sería como vestiría Susy en su gran día. El maquillaje sería obra de Manuela Alzate – Mam.
La decoración se ajustaría al tono del vestido de la novia; de marcado estilo rústico, abundaría en follaje y tendría velas negras, manteles del mismo color, detalles en cobre, bombillos grandes y porta-platos en hojas de balazo; toda esta equilibrada hermosura en el ambiente, fue lograda por Toque Rosa. La comida también se acoplaría al concepto y pensando en sus invitados extranjeros, optaron por platos nacionales: “muchos pasabocas típicos (arepa de huevo, yuca frita, chorizo con arepa de mote, etc). Y un plato mediano que era posta cartagenera, rissotto (esto no era tan típico) y aguacate. Los postres de Dulce Avellana, mismo concepto; postre de uchuvas, maracuyá, galletas, etc.”, cuenta Susy.
Luego de bailar ‘All of me‘ de John Legend y ‘Darte un beso’ de Prince Royce, los novios repartirían dancing shoes y en la hora loca, accesorios traídos de México por la mamá y la hermana de Mauricio: bigotes, anillos que brillaban, pelucas, sombreros y tiaras, “¡estuvo buenísima!”, recuerda la novia. Los invitados recibirían una bolsa de yute con una cruz roja pintada encima que contenía básicos para sobrevivir y Gatorade, unos creativos Hangover Kits.
Al hablar de los momentos memorables de la boda, Susy recordó la emotiva lectura de los votos y la salida a caballo “lo mejor fue posar para las fotos en medio del olor a boñiga”, comenta entre risas Susy. Y así, divertida, es como se ve esta boda en las fotografías de D Zuleta Wedding Photography. ¿No te parecen geniales las bodas así? ¡Gracias Susy y Mauro por compartirnos su historia y por hacer la página web de su boda con nosotros!, nos alegra contar en Zankyou historias llenas de personalidad, únicas y como la de ustedes, llena de alegría.
Vestido del novio: Hugo Boss | Reloj: Montblanc | Zapatos: Banana Republic | Argollas y anillo de compromiso: Tiffany & Co. | Wedding Planner y DJ: Avalón Weddings | Ceremonia y recepción: Hacienda Fizebad | Vestido, tocado y zapatos de la novia: Alado Diseño | Maquillaje de la novia: Manuela Alzate – Mam | Decoración: Toque Rosa | Postres: Dulce Avellana | Fotografía: D Zuleta Wedding Photography ||
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