Si la próxima boda en el calendario tiene como protagonista a una novia embarazada, ¿cuál es el problema? Pues, ¡ninguno! Si te han invitado es porque los novios aprecian tu presencia en ese día especial, así que si tienes alguna pregunta, solo deberían ser sobre el bebé, la experiencia de casarse estando embarazada o sobre cualquier otra cosa… pero nada que le ponga negatividad al evento y llegue a afectar a la novia.
Hay preguntas y comentarios rotundamente prohibidos en este día. A continuación te contamos cuáles son.
“¿Te estás casando porque estás embarazada?”
¡Este es el siglo XXI! Si antes estaba mal visto tener hijos antes del matrimonio, eso es cosa del pasado. Los tiempos han cambiado y las expresiones de amor deben entenderse como tal y no hay nada que esconder. Tener un bebé es una de las experiencias más maravillosas de la vida de una mujer y junto al matrimonio, debe ser aún más especial.
“Esperemos que él sea el papá, ¿no?”
Esta pregunta es demasiado inoportuna e incluso es una gran indiscreción hacerla ¡Totalmente prohibida! Ni en el peor de los casos, ni como chiste, esta pregunta debería salir de tu boca. No te expongas a miradas feas y bochornos y no metas el dedo en la llaga de lo que puede ser una situación sensible. !Ante todo discreción! Te puede interesar leer esta Mini-guía paso a paso para lograr la boda de tus sueños.
“¿Y si ya no te queda el vestido para el día de la boda?”
Seguramente ella ya tiene todo bajo control en este aspecto. Lo menos que una novia necesita es estar preocupada innecesariamente. Durante el embarazo las mujeres son más sensibles, así que lo este tipo de comentarios de verdad que están fuera de tono. Además, si no tienes detalles de cómo marcha su embarazo, pues no te metas en ese asunto. Momentos de angustia habrá más adelante, así que no seas tú quien los traiga por deporte.
“¿Y si pasa algo durante la boda y tienes que correr al hospital?”
¿Y si alguien te da una cachetada por maleducado? Los “y si” no tienen cabida en estos momentos y mucho menos para una novia que de por sí debe estar muy nerviosa. Ella no quiere pensar en ningún problema en su día especial, así que no saques a colación este tipo de situaciones hipotéticas.
“¿Y por qué no mejor esperar a que nazca el bebé?”
Si ya estás invitado y la ceremonia está a punto de empezar, la pregunta sobra, ¿no? Es muy fácil opinar cuando no se conocen los detalles. Seguramente los novios lo conversaron y decidieron lo que mejor creían les conviene. No estropees lo que tanto tiempo les tomó planear con este comentario imprudente. Te puede interesar leer sobre los 12 secretos para triunfar en la convivencia en el hogar.
“Esperemos que no se te note mucho la barriga…”
En realidad una novia en avanzado estado de embarazo sería algo original de ver. Es una experiencia muy bella en la que la mujer resplandece y se siente fabulosa. Puede que suene como un cliché, pero esa belleza especial es única, así que no preguntes lo que no debes.
“Prepárate para terminar muy cansada…”
Cansada va a terminar, pero de ti, si sales con comentarios como este. No hay que estar embarazada para terminar totalmente agotada. El evento es el último esfuerzo de meses de preparativos y correndillas organizando mil cosas al tiempo. Mira a la novia embarazada como una novia más, de forma natural, sin traer al ruedo su salud o capacidad de aguante. Ella sabe que no debe dar vueltas como un trompo, así que todo estará bien.
“Ay, que pesar que no podrás beber en tu propia boda?”
Los cócteles son para los invitados, así que vete a la barra y pide uno que te entretenga toda la noche… y te mantenga con el “pico cerrado”. Es mucho más lindo para una novia disfrutar de cada momento sin mareos, ni resaca, recordando todo sobre el día anterior.
“¡No quiero ni imaginar cómo te van a doler los pies y la espalda!”
A estas alturas lo más sabio es pensar que la barriga es de ella y no tuya. No ganas nada diciéndole a la novia de algo que seguramente ella ya ha previsto para ese día. Si está en plan de casarse, es porque sabe que puede con eso y mucho más.
“!Si ya sabías que te ibas a casar, debiste tener más cuidado!”
Esta sí que es una grosería y te mereces una cachetada. En vez de hablar lo que no debes, disfruta del momento sin intentar dar semejantes consejos tan fuera de lugar. Así fuese planeado o sorpresa, no es de la menor importancia para ti, ni te cambia la vida decir semejante cosa.
Si crees que no puedes comportarte a la altura de una novia embarazada, lo mejor es que no atiendas la invitación a la boda. No metas la pata con comentarios o preguntas totalmente inadecuadas, ¡nunca!. También te puede interesar leer sobre las 20 experiencias que debes tener con tu pareja antes de tener hijos.
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