Estás disfrutando de la soltería y aún sientes la necesidad de querer comerte el mundo, a bocados o en grandes porciones. ¡Tú decides cómo! Eres la chica más extrovertida y ‘cotizona’ del momento o el hombre más codiciado, difícil de ‘pescar’ pero el más solicitado para armar y prender la fiesta. Eres la envidia de todos, o al menos eso es lo que crees y parece.
Sin embargo, te has detenido a pensar ¿cuál es tu papel cuando has sido invitada (o) a una boda? o ¿qué sensaciones vendrán a ti cuando tu amiga o amigo esté dando el Sí y en sus ojos solo hayan destellos de amor y felicidad?
Porque para algunos el estar soltero, es algo maravilloso – al principio-, pero para otros es una agonía por no tener una pareja y ver que su futuro sentimental está perdido, por el momento; tampoco te desesperes, hay que darle tiempo al tiempo, frase cliché pero muy cierta, eso innegable.
Pues bien, para ayudarte a sobrevivir a una boda siendo soltera o soltero, traemos un divertido abecé con las formas para hacerlo y que logres manejar a situación con altura y alegría. La nostalgia y melancolía no entran en este léxico.
Perdón, perdón…que voy llegando
Actitud, todo es actitud. Y por eso las bodas no deben amargarte, sino motivarte. No pienses que la gente tendrá pena de ti por llegar solo al evento y más si lo haces con alguno de estos increíbles vestidos de fiesta; por el contrario, si emanas seguridad, el mensaje que transmitirás será de alguien que disfruta su independencia, sabe disfrutar de cada momento y que el “carpe diem” es tu filosofía de vida. Así que disfruta la celebración, que tal vez más adelante seas tu el o la protagonista.
Bueno, comenzamos con una parte introductoria amena (real, eso sí) de esta situación, la cual tiene también sus propios dilemas. Mira algunos con los que te enfrentarás en la boda. Como te decimos: con actitud y seguridad, y todo ¡perfecto!
En qué y con quién voy a la boda
¿Llegar solo? No! ¿A quién me le voy a pegar?, preguntas y respuestas que empiezas a formularte. Bueno, lo normal es que llegues con otros invitados, si son solteros, parecerán una pandilla, así que eso dará seguridad. Pero si llegas con una pareja de amigos invitados y te bajas de la parte trasera del carro, parecerás no el amigo, sino el ahijado de tus amigos.
Ceremonia sin complicidad, pero también sin estrés
Al ser una boda, un momento de romanticismo puro, es normal que la emotividad salga a flor de piel para aquellos solteros y solteras que tienen pareja. A lo mejor, tú estarás relajada (o), contando pájaros en el cielo mientras el padre habla sobre el amor en pareja, la familia y una vida juntos por siempre, mientras las parejas asistentes se miran de forma cómplice, advirtiendo que pronto su momento llegará. Tal vez aquí, un momento de reflexión y de mirar en retrospectiva, te vendría genial para pensar en lo que quieres para tu vida emocional y sentimental.
Un cóctel ‘ambulante’
Llega la fiesta, y todos en grupos compartiendo y celebrando la unión. Está la posibilidad de sentirte como ‘mosca en leche’ pero no; con tu personalidad y carácter sabes que puedes decidir dónde y con quién estar (ellos seguro lo sabrán también, así que ándate con cuidado) y pasar un momento inolvidable. Si te invitaron, es por el cariño y la cercanía que tienes con los novios y sus familiares y amigos. Evita andar de un lugar a otro, perdida y sola (o), como Vincent Vega en Pulp Fiction con el abrigo en la mano.
¿En dónde me ubicarán?
Cruzas los dedos para que hayan más solteros y que en la distribución de los invitados en las mesas, los ubiquen en una misma mesa. ¡Sería lo ideal! Sin embargo, en una boda, es normal que la mayoría de invitados sean parejas o lleguen en pareja. Así que no se te haga extraño que termines en la mesa de primos, tíos o amigos de los novios (que podrás conocer o al menos ‘distinguir’). Este es un buen momento para conocer, conversar y pasar un rato agradable, y quién sabe si tu ‘media naranja’ esté esperando por ti.
Los reyes de la pista de baile
Como solteros, podrán disfrutar a sus anchas para bailar con todos y todas, sin preocuparse de tener esos ojos ‘inquisidores’ de una pareja a sus espaldas, y luego los reclamos de por qué ese baile tan cerquita, esas manos así, esos pasos ‘asá’… Total libertad para celebrar, pero claro, que no se conviertan en alguno de esos invitados o invitadas que nadie desea tener en una boda. O por qué no y convertirte en el único dueño o dueña de la pista con un baile consigo mismo…
Y atención, a lo mejor termines convertido en la pareja de ese tío o tía abuela, que enviudó hace años, o de los mejores amigos de los papás de los novios.
¡Qué felices son! Sniff!
A estas alturas, creerás que eres la versión colombiana de Bridget Jones o el triste protagonista de Virgen a los 40, es decir, una persona con mala suerte en el amor que, al mismo tiempo, vive con la necesidad desesperada de estar con otra para ser feliz. Pero no es así, tu celebras la felicidad de tus amigos y aunque esto te genere cierta nostalgia, sabrás que tu momento de ser feliz al lado de alguien llegará.
Cuidado con esos ‘tragos de más’
Estás disfrutando de tu soltería y a veces eso lo relacionan con desorden, fiesta descontrolada… Pues así no es la realidad. Eres adulto y por ende, tu comportamiento debe ajustarse a ello. Procura tomar esos variados cocteles y bebidas con moderación, al punto de sentirte un poquito más contento, donde puedas deshinhibirte y sacar tu espíritu jocoso y fiestero. Jamás llegues al punto de emborracharte y aprovechar para desahogar penas de amor. ¡Ni se te ocurra!
Ser soltero o soltera no es malo, es un estado del ser humano, relacionado con independencia y libertad. Así que vive esa etapa como debe ser y al momento de encontrar a tu pareja, ya los planes vengan en pack. Por ahora se feliz con la felicidad que embarga los corazones de tus amigos y amigas que se casan.
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