Cuando los invitados pasen por la barra de bebidas les gustará la idea. A fin de cuentas cualquiera se va a sentir bien de poder contar con ese tipo de servicio cuando está en una boda. Pero tal vez no todos sepan que están en esta celebración al amor en medio de las montañas antioqueñas gracias a la intermediación de otra barra de bebidas. Aquí está la historia:
Estefanía salió del cine con una amiga suya de Polonia. El siguiente plan era descomplicado: una cerveza en el primer bar que encontraran. ¿Alguna vez te viste en la terrible situación de portar el violín? Esa fue la noche de hacerlo para la protagonista de nuestra historia: de repente su amiga le dijo que tenía una cita con alguien. Aunque intentó abandonar el lugar, evadir el momento, su amiga insistió. ¿Aplicará esto como ‘salir de tu zona de confort’? Estefanía se quedó, no imaginaba que sería esa decisión la que la haría portar, el 16 de junio de 2017, el hermoso vestido Madison James de la tienda La Esposa Tienda de Novias que ves en las fotografías.
Matt salió cansado de su trabajo, eran las 10 de la noche de un 1 de noviembre y no quiso irse a dormir. Un amigo suyo estaba de cumpleaños y decidió ir a la celebración. Cuando llegó, ya todos habían tenido suficiente de fiesta y de alcohol, y se preparaban para irse. Así que se decidió por ir a su bar favorito, uno irlandés llamado Fado. Cuando entró al lugar, se percató de que en la barra se encontraba una mujer muy bonita.
¿Alguna vez has visto escenas de películas que ya te cuesta creer? Esta historia tuvo muchas así. Muy de cuento de hadas era, por ejemplo, la de Estefanía el día de la boda, bajando de la carroza tirada por un caballo con flores en su pelo, uno apenas se imagina la escena en la que el zapato blanco de tacón bajo con piedras de David’s Bridal desciende del carruaje. Pero la más llamativa sin lugar a dudas es la del bar. Mientras los tres hablaban: Estefanía, su amiga y la cita de esta última, un mesero se le acercó y le dijo: “This beer is from that guy over there“. Ella la recibió y lo miró, le agradeció con una sonrisa.
Luego vino una conversación larga, Matt se acercó a saludarla y en su acento percibió que no era originaria de los Estados Unidos, cuando ella le dijo que era de Colombia, él respondió que sabía español y hasta el tiempo conspiró para que todo funcionara: por cambio de estación el horario se extendía una hora, situación que los dos aprovecharon para seguir conversando. Al final de la noche y cuando él la llevó al metro, Estefanía dejó escuchar su acento nuevamente, “anota pues mi número”, le dijo.
Cuando ves a un novio con unos zapatos DSW y una corbata Tie Obssesed, sabes que estás ante alguien con personalidad y ese es defintivamente el caso de Matt. Dos días después la llamó, salieron a un restaurante de temática de años 80 y luego fueron a otro bar irlandés. Al final de la noche y antes de bajarse del carro, fue el primer beso. “Desde entonces estamos juntos para siempre”, cuenta Estefanía.
Pero los “juntos para siempre” nunca son tan fáciles como a uno les gusta imaginárselos. El tiempo del intercambio en el que Estefanía estaba, llegaba a su fin y la conversación difícil tuvo que darse; los dos estaban de acuerdo en que una relación a la distancia no era fácil de llevar pero él ya no podía imaginarse su vida sin ella, así que acordaron que ella regresaría y se comprometieron a seguir unidos. En julio ella se devolvió a su natal Medellín.
Cuando el amor te ha sorprendido, cuando ha salido a tu encuentro, no te deja en paz hasta lograr su cometido. En octubre Matt decidió viajar a visitarla y en un momento que logró tener a solas con los padres, les pidió la mano. Luego se la llevó a La Serenísima en El Poblado para una cena romántica y conversaron un rato, el restaurante quedaba más solo conforme avanzaba el tiempo. Cuando Matt sacó el anillo no había nadie más en el restaurante y fue la pedida de matrimonio más íntima que Estefanía se hubiese podido imaginar. Dijo que sí.
8 meses después estaban en la misma ciudad, en la Hacienda Fizebad, poniéndose las argollas que Estefanía diseñó y que la Joyería Matiz hizo realidad con tal precisión que la de ella encaja a la perfección con el anillo de compromiso que Matt le regaló. Las fotografías de D Zuleta Wedding Photograpy nos dejan ver la belleza de un corazón alegre y enamorado, exaltada por LA PEC Maquillaje, en esta novia que sale de la ceremonia con su ramo ‘despelucado’ (como ella lo describió), de rosas blancas y follaje en una mano, (elaborado por Jabalinas, como el tocado o el gallardete de Matt), y la mano del amor de su vida en la otra.
¡Y luego a celebrar! ¿Cómo no? Una historia tan bonita no daba para menos. En la misma hacienda se dirigieron al lugar de la celebración, el mismo ambiente rústico propuesto para la ceremonia el coche y la recepción se percibía en el lugar: rosas, follaje y al fondo el bar con bar tender. Un trabajo exquisito logrado por Natasha Berrío Deco. Luego de las emotivas palabras del padre de la novia, vendría una cena exquisita preparada por el chef del lugar, una deliciosa torta de Rossana Frieri y después una celebración inolvidable… o la continuación de una celebración inolvidable.
Durante los días anteriores los 40 invitados que venían de Norteamérica habían estado conociendo la ciudad y sus alrededores, disfrutando del ambiente festivo de la Ciudad de la Eterna Primavera; el día anterior, de hecho, habían estado en la bonita Guatapé y habían vivido una cena especial con ocasión de la boda. Toda una boda destino. Luego de que los novios bailaran Hey Love de Steve Wonder, la novia bailaría con el papá Sueño de Fonseca y el novio bailaría con su mamá Fields of Gold de Sting.
Y después todos bailarían una mezcla única de ritmos porque al novio le fascina el rap, así que había mucha música de ese género que se mezclaba con los sonidos colombianos y los mejores momentos se daban en las canciones de coreografía: Mayonesa, Mambo #5, Thriller, en unas los colombianos marcaban el paso, en las otras, eran los norteamericanos quienes lo hacían. Como detalle para estos últimos, la novia diseñó una bolsita de yute que contenía café, junto con un imán de una chiva y bocadillos de manjar blanco.
Si tus amigos están cansados no deberías desistir o irte a dormir, ni siquiera si tu amiga te dice que ya viene una cita a saludarla en el mismo bar en el que compartes con ella. Aunque a veces costara creerlo, puede ser que esa misma situación puede ser la que sirva para que, así sea en una barra de bebidas, el amor te sorprenda. Gracias, Matthew y Estefanía, por compartirnos su bella historia.
Vestido de la novia: La Esposa Tienda de Novias | Zapatos de la novia: David’s Bridal | Zapatos del novio: DSW | Restaurante en que Matt pidió la mano: La Serenísima | Ceremonia, celebración y catering: Hacienda Fizebad | Argollas: Joyería Matiz | Fotografía: D Zuleta Wedding Photograpy | Maquillaje de la novia: LA PEC Maquillaje | Yugo, tocado y gallardete: Jabalinas | Decoración: Natasha Berrío Deco | Pastel: Rossana Frieri ||
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