Cada persona tiene su propia forma de reaccionar ante las diferentes situaciones que se le presentan en la vida. Lo mismo pasa con las novias, cada novia reacciona de una manera diferente cuando está próxima a casarse. Y es que no sólo interviene la forma de ser de cada una, sino que hay que adicionarle la presión de la boda, el estrés de los preparativos, el gasto de energía y el gasto de dinero para este evento que (esperamos) es único en nuestra vida.
Es por esto, que aquí te traemos los 8 tipos de novias que existen, a ver con cuál te sientes identificada.
1. La controladora
Es la novia que se obsesiona con la planificación de su boda y quiere controlarlo todo. Vive corriendo de un lugar a otro, con su celular descargado de tanto llamar a todos los proveedores que ha podido encontrar, con una libreta llena de teléfonos que sólo ella sabe de quién es qué teléfono, duerme solo 2 horas diarias porque “ya habrá tiempo para dormir”. ¡Nunca se sabe qué puede suceder! Por eso su lema es “mejor prevenir que lamentar”.
2. La princesa
Esta novia es la que, al contrario de la controladora, no toma las riendas de su matrimonio sino que espera que todo el mundo le haga las cosas, pues considera que ella es la homenajeada, así que los demás son los que deben hacer toda la planificación del matrimonio por ella. Eso sí, nada puede salir mal y no acepta un NO como respuesta. Cree fervientemente que pasará de ser una princesa a ser una reina cuando se case. Por eso es que si ella quiere determinado proveedor tiene que ser con él, no puede haber nada que no salga como ella dijo. Su lema es “el que persevera alcanza”.
3. La perfecta
Esta mujer es la que tiene la suerte de su lado. Es esa a la que tu miras y dices “pero ¿cómo hace para que todo le salga bien?”. Tiene a los proveedores que quiere, la decoración que quiere, el DJ que quiere, todo tal y como lo quiere. Y si hay algún proveedor que no puede, en último momento le confirma o de la nada aparece uno mejor aún. Su boda con toda seguridad será una boda perfecta. Su lema es “Dios proveerá”.
4. La máscara (fuerte por fuera pero débil por dentro)
Aparentemente se ve como una mujer tranquila, a la que la noticia de su matrimonio y toda la preparación para la boda le ha sentado de mil maravillas. Es una mujer que mantiene la paz y la calma, por más que las cosas en torno a su boda no vayan bien. El problema es que cuando llega a casa, cuando se encuentra sola, es que muestra lo que realmente siente y se pone a llorar, a gritar, etc. Cada noche es una tragedia, pues descarga todo lo que vivió pero no mostró en el día. Por experiencia propia, su lema es: “caras vemos, corazones no sabemos”.
5. La drama queen
Cualquier situación es una razón perfecta para mostrar sus emociones: Llorar, abrazar, reír, frustrarse, pelear, ¡todo! Todo es suficiente para que esta novia se convierta en una verdadera artista si de mostrar los sentimientos se trata. Su lema es “Hay que vivir la vida con todo lo que traiga”.
6. La exagerada
Esta novia se deja llevar mucho por el estrés pre-boda. Es de las que de la nada aparece escribiéndole un mensaje por whatsapp a todos sus invitados, diciendo que ya no habrá boda sólo porque un proveedor canceló, aunque luego se retracta. O aparece diciendo que ya no podrá casarse pues el sitio en el que siempre había soñado no está disponible. Cree que todo conspira en su contra y suele ser algo negativa. Su lema es “que me parta un rayo”.
7. La mundialmente conocida Bridezilla
Por no saber controlar el estrés ni la presión que viene junto a la preparación del matrimonio (hasta el mismo día de la boda), esta novia es mundialmente conocía como Bradzilla pues es la que va destrozando todo a su paso, le dices lo que sea y te contesta con un grito, le pasa cualquier cosa y sólo sabe ser reactiva. Sus amigos dicen que su lema debería ser que anda siempre “con una piedra en la mano”.
8. Paz y amor
Esta novia es súper relajada. Considera que las cosas son como tienen que ser, así que deja que todo fluya (aunque su novio y su mamá son los que terminan siendo los que tomen las riendas de la ceremonia). Su lema es “hay que dejar que las cosas fluyan”.
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