Uno de esos amores en los que se debe atravesar el océano para encontrarlo. Así les pasó a Alejandra y Jonathan, los novios protagonistas de esta historia. Se fueron a estudiar a Australia, y el primer día de colegio se conocieron. Fue amor a primera vista. “Cuando la vi pensé, ella es la mujer de mi vida”, nos contó Jhonathan.
La conquistó con esa manera natural que tienen algunos amores de hacerse reír, de hacerse sentir únicos; con sólo su forma de ser la sorprendía, la hacía sentir lo valiosa que era, capaz de lograr todo aquello que se propusiera.
Después de un año y miles de aventuras, se hicieron novios. Transcurrieron cinco años de un noviazgo maravilloso, hasta que un día, Jonathan o ‘Tatán’ como lo llaman cariñosamente, le propuso matrimonio de manera inolvidable. Hicieron un viaje a Cancún con motivo de los 30 años de Jonathan. Y todo sucedió en la playa.
Con una luna llena que brillaba sobre el mar y que parecía que podíamos alcanzarla al estirar el brazo, Jonathan me propuso caminar de la mano juntos por el resto de la vida, me propuso ser su esposa y en sus palabras textuales “si me lo permites intentare día a día hacerte igual y porque no más feliz de lo que me haces tú a mí”.
Por supuesto, Aleja fue feliz al escuchar su declaración, y más aún al decirle Sí.
Con esto, comenzaron los preparativos para casarse en Colombia. Medellín fue la ciudad escogida para sellar la promesa de amor, en matrimonio
“Después de un año de planeación decidimos casarnos en la ciudad donde la naturaleza siempre está florecida, donde se respira un ambiente cálido de amabilidad y cortesía… y lo más importante, la ciudad que vio crecer a quien es hoy mi esposo”, Aleja.
Entonces llegó el gran día de la boda. La mitad de los invitados, los familiares de Alejandra se desplazaron desde Bogotá para hacer parte de la celebración. “Fue una fecha esperada, planeada y muy festejada… fue la que vivimos desde el momento que dimos la noticia de nuestro matrimonio”, agregó la hermosa esposa.
Gracias al impecable trabajo y la gestión eficiente de Grulla Dorada Eventos, todo salió de maravilla, incluyendo la decoración, la cual fue exactamente lo que ellos esperaban.
“Queríamos algo diferente, que no fuera un arreglo foral que después de la ceremonia de una hora se botara a la basura; por esta razón escogimos pinos libro para el camino hacia el altar, un tapete blanco y bengalas de humo color rojo para la salida”, comentaron los novios.
Aleja quedó maravillosa con su vestido de novia de la diseñadora Leonor Correa, un diseño romántico línea A de escote en V, con encaje y apliques florales en relieve en la parte superior, desde donde se desprendía una hermosa capa. La falda estaba decorada con tul, aportando volumen. El maquillaje y el peinado de novia estuvieron a cargo Eliprisco y Nathalia Barth, quienes se encargaron de realzar sus facciones con un estilo natural que aportaba frescura y por supuesto, hizo lucir bella a Aleja.
Por su parte, el novio lució un elegante traje de novio azul grisáceo diseñado por la experta en novios, María Zuleta. El estilismo lo combinó con unos zapatos estilo Derby en tonos café y accesorios de Massimo Dutti.
La ceremonia católica la llevaron a cabo en la iglesia María Madre de Dios, ubicada en Sajonia a 40 minutos de la capital antioqueña. Los anillos que sellaron su amor fueron adquiridos en Arlop Joyería.
El novio, nervioso, nostálgico y muy emocionado esperó a la novia, mientras ella feliz, con una sonrisa muy expresiva no veía la hora de llegar al altar para abrazar a su amor eterno.
“No existen palabras para describir lo sublime, lo mágico y único que fue el momento en que dimos el Si frente al altar, el momento en que nuestra familia y amigos fueron testigos del amor que sentimos el uno por el otro, este día fue sencillamente extraordinario“, contó la feliz pareja para Zankyou.
A la salida de la ceremonia, y después realizar también un ritual de la luz con velas y la participación de la familia de los novios, los invitados se refrescaron con paletas de diferentes sabores antes de dirigirse al Hotel Villa Celeste, el lugar donde tomaría lugar la recepción.
Entre tanto, los novios salieron a la iglesia con destino a Villa Natalia, un lugar campestre, lleno de naturaleza y zonas verdes ideales para las fotos que siempre soñamos tener. Entre maizales, viveros y flores, se realizó la sesión de fotos, espontánea y natural que reflejara lo que son como pareja y en su relación.
Les encantó el trabajo fotográfico realizado por Valeria Duque, así como el de Brahiam Cadavid en la parte audiovisual. Ambos profesionales se lucieron con la entrega, pasión y compromiso en registrar cada detalle de la boda.
Al llegar al lugar de la recepción los esperaron con deliciosas sangrías, aguas saborizadas, y diferentes pasabocas como sandwich de chicharrón, arepas de huevo, empanaditas y demás pasabocas típicos colombianos creados por la buena cocina de Juicy Lucy.
El coctel fue el momento ideal para la toma de fotos con invitados, familia y amigos. Además disfrutaron de postres increíbles elaborados por Casa de Azúcar, acompañados de la música de Merender Swing.
Al entrar al salón la sorpresa fue inmensa, la decoración a cargo de Grulla Dorada, inspirada en el otoño, su estación favorita, hablaba de una relación llena de amor y apoyo incondicional; el juego de luces cálidas mezclada con las texturas de flores como el botón de oro, rosas y proteas, generaban un ambiente cálido y mágico como lo habían soñado.
La comida por su parte estuvo a cargo de Sr Sirirí, liderada por la chef Susi Rivera. Como entrada tuvieron una sopa de tomates asados y tortilla de queso parmesano, mientras que para el fuerte la selección fue una burrata en cama de pechuga, bañada en salsa pesto, acompañada de raviolis rellenos de cuatro quesos con salsa de coco, una buena comida que preparara a los invitados para el momento de celebrar bailando el amor. ¡Exquisito!
Dj Ricky y José Vargas se encargaron de animar la fiesta en todo momento, causando que los invitados disfrutaran cada canción. Ni qué decir de la hora loca, donde dos bailarines sacaron a bailar a todos los invitados. “Todas las generaciones bailaron y gozaron, nos encantó”, agregaron.
No existen palabras para describir lo sublime, lo mágico y único que fue el momento en que dimos el Si frente al altar, el momento en que nuestra familia y amigos fueron testigos del amor que sentimos el uno por el otro, este día fue sencillamente extraordinario.
Los recién casados no se sentaron ni un segundo, rieron, disfrutaron, se divirtieron… y lo más importante reafirmaron una y otra vez que su amor es tan grande, que es capaz de contagiar a otros e inspirar a quienes les cuesta creer que sí es posible encontrar el amor verdadero. Te puede interesar saber cómo fue la boda de Alejandro Riaño con María Alejandra Manotas.
Ceremonia católica: María Madre de Dios | Lugar de celebración y sesión de boda: Hotel Villa Celeste y Villa Natalia | Wedding Planner y decoración: Grulla Dorada | Vestido de novia: Leonor Correa Novias | Accesorios de la novia: Zawadsky | Maquillaje y peinado de novia: Eliprisco y Nathalia Barth | Traje de novio: María Zuleta | Accesorios novio: Massimo Dutti | Joyería: Arlop | Menú de tu boda: Sr Siriri by Sussi Rivera | Mesa de postres: Casa de Azúcar | Animación / DJ: Dj Ricky y José Vargas | Música del coctel: Merender Swing | Merienda: Juicy Lucy | Fotógrafo: Valeria Duque | Videógrafo: Brahiam Cadavid
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