Es común pensar que el propósito de la vida es perseguir la felicidad, y por tanto que el camino para lograrla es obteniendo el éxito. De acuerdo a esto, la mayoría de las personas emprenden la lucha por ese trabajo ideal, esa pareja perfecta y ese lindo apartamento. Sin embargo, los estudios demuestran que después de haber conseguido todo aquello, la gente sigue sintiéndose insatisfecha, ansiosa y desorientada respecto a sí misma.
Emily Esfahani Smith fue una de ellas, por lo cual decidió estudiar psicología para aprender lo que realmente hace feliz a la gente. Pasó más de 5 años entrevistando a cientos de personas y leyendo miles de páginas de psicología neurociencia y filosofía. Como resultado de su investigación, descubrió hechos que cambiaron su vida… Hoy te contaremos algunas…
“No es falta de felicidad, sino una falta de algo más”
Si bien la vida ha mejorado en todos los estándares imaginables, cada vez hay más gente desesperada, deprimida y sola. Es innegable que hay un vacío que corroe a la gente, y no están deprimidos clínicamente para sentirlo.
A través de sus estudios, Esfahani encontró que perseguir la felicidad, puede hacer que las personas se sientan incluso más infelices. Según la investigación, lo que predice esta desesperación, es una falta de sentido y de significado en la vida…
La diferencia entre ser feliz y hallar sentido en la vida. Muchos psicólogos definen la felicidad como un estado de comodidad y tranquilidad, sentirse bien en el momento. Hallar el sentido, sin embargo, es más profundo. El renombrado psicólogo Martin Seligman afirma que el significado proviene de “pertenecer y servir algo más allá de ti… desarrollar lo mejor de ti mismo”.
Encontrando el significado, trae de manera inherente la felicidad. Nuestra cultura está obsesionada con la felicidad; no obstante, se ha demostrado que buscar significado en el camino es más satisfactorio. Los estudios muestran que las personas que le hallan sentido a sus vidas son más resistentes, mejores en la escuela y en el trabajo, e incluso, viven más tiempo. Todo esto nos hace pensar… ¿cómo podemos vivir de manera más significativa?
Los 4 pilares de una vida significativa
Para la investigadora, existen cuatro pilares para aplicar en nuestra vida. Juntos, o individualmente, nos ayudarán a llevar una existencia con más sentido, lo que traerá consigo la felicidad.
El primer pilar: la pertenencia
El sentido de pertenencia: pertenecer proviene de estar en relaciones, donde eres valorado por lo que intrínsecamente eres, y donde valoramos a los otros también. Algunas comunidades (tales como sectas, religiones y grupos fanáticos) ofrecen una forma barata de pertenencia, donde se es valorado por creencias o por odios, pero no por lo que realmente es la persona.
De ahí la importancia de identificar la verdadera pertenencia, la cual proviene del amor y vive en momentos entre individuos; además es una elección: uno puede elegir cultivar la pertenencia con otros… la familia, los amigos, aquellos con quienes nos identificamos o con quien tenemos relaciones importantes.
“Constantemente rechazamos a otros sin darnos cuenta: cuando los encontramos y no les prestamos atención, revisando nuestro teléfono cuando nos hablan; estos actos devalúan a los otros, hacen que se sientan invisibles e indignos”, comentó Esfahani. Sin embargo, cuando actuamos amor, creamos un vínculo que nos levanta y nos da sentido los unos a los otros. ¿Conoces el phubbing?: la tendencia que está acabando con las relaciones.
El segundo pilar: el propósito
Los seres humanos necesitamos algo que merezca la pena hacer; sin un propósito real, comienza la zozobra y el desaliento. El propósito nos motiva a vivir, son los por qué que nos invitan a avanzar. “Encontrar tu propósito no es lo mismo que encontrar ese trabajo que te hace feliz. El propósito es menos acerca de lo que queremos y más acerca de lo que damos”, añadió la psicóloga. La clave es usar tus fortalezas para servir a los demás.
Sea la circunstancia, es importante descubrir aquello en lo que podamos contribuir por medio de nuestras fortalezas… Así es como nos sentimos necesarios y el sentido cobra vida. Es por esto que asuntos como el desempleo, la poca participación en el trabajo, no son solo problemas económicos, sino también existenciales. Te interesará saber por qué la tecnología no ha cambiado al amor, aunque parezca lo contrario.
El tercer pilar: el sentido de trascendencia
“Los estados trascendentes son esos raros momentos en los que estamos por encima del ajetreo y el bullicio de la vida, y el sentido del yo se desvanece”, afirma Emily. Y añade: “Uno se siente conectado a una realidad superior…”
Algunas personas hallan esta trascendencia creando, admirando o practicando alguna forma de arte o su pasión; para otros, está en la religión… “para mí, que soy escritora, me sucede escribiendo… a veces me siento tan en esa zona, que pierdo todo sentido de tiempo y lugar… estas experiencias trascendentes pueden cambiarte”, comentó la autora. La trascendencia proviene de aquello que haces y aleja tu sentido del ego, que te hace más generoso, más fuera de tu propio ser.
El cuarto pilar: la narrativa de nuestra propia historia
Es vital entender que cada persona que busque el significado de su vida entienda cómo se convirtió en quien es. No obstante, a veces no notamos que somos los autores de nuestra propia historia, y que podemos cambiar la forma de contarla.
La historia que cuentas sobre ti mismo crea una narrativa de acontecimientos de tu vida que puede traer una sorprendente claridad. “Tu vida no es solo una lista de eventos, tú puedes editar, interpretar y relatar tu historia. Incluso cuando estás limitado por los hechos”, comentó Emily Esfahani.
Contar nuestra propia historia de una manera positiva y distinta, puede tomarnos años, puede ser un largo proceso; pero hacerlo puede traernos nuevos conocimientos y sabiduría, encontrando aquello que nos sostiene.
Nuestro deber colectivo… Fomentar el sentido
Actualmente, estos principios son aplicados por sectas y comunidades similares para darle un sentido a la gente para vivir o hasta morir. Les hacen sentir pertenencia, les regalan un propósito fuerte que les da a los “fieles” un sentido de trascendencia respecto a sus actos o formas de pensar. Vivir en una vida significativa requiere trabajo, es un proceso continuo que depende de nosotros mismos.
En este orden de ideas, es nuestro deber como sociedad ofrecer mejores oportunidades para construir estos pilares en nuestras familias e instituciones, y ayudar a la gente a convertirse en lo mejor de sí misma. Finalmente podemos comprender que si bien la felicidad va y viene, el poder del sentido es inimaginable; pues cuando la vida es realmente buena y las cosas se tornan graves, tener un sentido nos dará algo a lo que aferrarnos y continuar.
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