El amor nunca está lejos. Nosotros somos sensibles a la distancia, nos incomoda y a veces hasta nos duele. Pero no el amor; él no sabe de metros ni de segundos, ni de horas o de meses, el amor como dice el antiguo texto: nunca deja de ser. Podría presentar mi lista de testigos de esta realidad, pero por hoy (estoy seguro), vamos a tener suficiente con la historia de Gabriela y Sebastián.
Parecía que el amor ya era e intentaba conectarlos para completarse. Aunque los dos se conocían porque sus círculos sociales estaban interconectados, nunca habían entablado una conversación profunda. Sería a finales de 2012 y rodeados por la exquisita arquitectura de la romántica Milán cuando empezarían a salir. Gabi llevaba 5 años viviendo allá y Sebas terminaba un curso en el Instituto Europeo de Diseño.
La tierra de Steffano Gabbana (cofundador y diseñador de Dolce & Gabbana), se prestaría como escenario para esta historia de amor, por apenas un lapso de tres meses. Sebastián tuvo que devolverse a Colombia para aplicar a su maestría en Nueva York y Gabi planeaba ir a Madrid a estudiar. Todo se iba a acabar, pero se dejaron impulsar desde adentro, desde donde sea que el amor comande y decidieron que iban a seguir su relación desde lejos.
Si alguna vez tuviste una pareja a la distancia, sabrás que la gente ama decir esta frase: ‘amor de lejos, amor de pendejos’. Gabi y Sebas sí que la escucharon. Sin embargo, nunca en esos dos años, dejaron de estar en contacto y no dejaban que pasaran tres meses sin haberse visitado. Una noche en que Gabi visitaba a Sebas en Nueva York, todo cambió.
Luego de una deliciosa cena preparada por él mismo, ella se levantó de la mesa. Cuando volvió, Sebastián no estaba. Una carta sobre la mesa la esperaba, Gabi empezó a leer, de tal manera la capturaron las palabras que no se dio cuenta de en qué momento Sebas se arrodilló al frente suyo, con el anillo de la joyería soñada de Gabriela: Mociun. Ella preguntó si era mucho vino, si era su imaginación… luego concedió a la realidad un chance que cambió su vida: le dijo que sí.
El 10 de enero de 2016, en la capilla de la Hacienda El Salitre, Sebastián vio venir hasta el altar al regalo que el amor le había dado y que ni el tiempo ni la distancia le habían podido quitar. Gabriela lucía el modelo Tanisha de Pronovias: discreta, sencilla y elegante, la novia caminaría con sus zapatos Steve Madden por el pasillo nupcial, su vestido escotado adelante y atrás en forma de V, pegado al cuerpo como en silueta sirena sumado al impecable trabajo de Jorge Romero la hacía lucir radiante, más que sus aretes de cristales y perlas de J Crew. Así, Gabriela emprendía este último viaje.
Y este sería su último arribo, no habría más distancia: Sebastián la esperaba vestido de smoking, hasta sus medias eran de SuitSupply; un elegante diseño en terciopelo azul oscuro y unas manos ansiosas de recibir las suyas, de vestir las argollas con sus nombres y la fecha del matrimonio. Luego de darse el sí y escuchar los discursos de sus papás y su mejor amigo, siguieron a la celebración.
En los mismos Jardines de los Árboles Viejos en los que se realizó la ceremonia, se llevaron a cabo también la recepción y el coctel. Todo era natural, Gabriela diseñó todo, sabía perfectamente que quería y dónde: parecía que la naturaleza hubiera crecido sobre las mesas, las garden roses, el verde y las velas, eran los elementos predominantes. El ramo, confeccionado por la mamá del novio, conservaba el estilo de diseño propuesto por Gabi.
El resto de la decoración fue ejecutado por Bodega y Cocina, ellos mismos se encargaron de poner sobre las mesas con un solo centro de mesa largo y sobre la vajilla blanca y clásica: 4 pasabocas diferentes acompañados de vinos españoles y cava, y en la comida: crema de paella como entrada mientras que el plato fuerte fuera un lomo con salsa de oporto y champiñones shiitake acompañados de una ensalada fresca y grissini. La logística y los muebles corrieron por cuenta de Tati Alvarado, la reconocida wedding planner.
Luego de que los novios bailaran Sueño de Fonseca, empezó una noche que no necesito de ‘hora loca’, el DJ Nicolás Rojas no los dejó sentarse y la pasaron delicioso. Los invitados se irían con unas cajitas de brigadeiros, encargados a Natalia de Brigadeiria Bogotá, dulces típicos del Brasil que recordarían el toque musical de la ceremonia y el coctel en honor de la madre de Gabriela, brasilera.
Gabriela no olvidará haberlos visto a todos tan felices por ese matrimonio al que muchos al principio no le apostaron, pero que demostró ser invencible. Siempre tengo un párrafo final, pero en esta ocasión, siendo ya las fotos sobrado testimonio, quiero dejar el epílogo al mágico lente de Loopstudios, disfrútenlo:
Anillo de compromiso: Mociun | Instalaciones de la ceremonia y la recepción: Hacienda El Salitre | Zapatos de la novia: Steve Madden | Maquillaje y peinado de la novia: Jorge Romero | Vestido de la novia: Pronovias | Aretes de la novia: J Crew | Catering y decoración: Bodega y Cocina | Coordinación y logística: Tati Alvarado | Música y animación: DJ Nicolás Rojas | Recordatorios: Brigadeiria Bogotá | Fotos y video: Loopstudios.
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