La vida nos lleva por caminos desconocidos, pero siempre nos hace llegar al lugar y momento correctos, en especial cuando de encontrar tu alma gemela se trata. Así sucedió, sin pensar, cuando Tatiana (“Gatica” como le dice su familia) decidió hacer su práctica profesional de Zootecnia en una compañía avícola, donde conoció a Felipe (“Burro” apodo que heredó de su padre).
Quizás nunca pensaron que el universo tenía un plan para ellos y que estaba conspirando para que todo fluyera de una manera natural. Pero Felipe tenía claro que la vida no le iba a dar todo, así que comenzó por buscar un poco de conversación y por supuesto llamar la atención.
Mientras Tatiana se encargaba del control de las buenas prácticas de manufacturas, pues pertenecía al departamento de calidad, una vez por semana Felipe se encargaba de no ser el más aplicado, aunque su salario se viera afectado. Así mismo su afición a las motos y los carros le ayudaron a ser un foco de atención, pues hacer trompos y derrapes en el parqueadero de la empresa funcionó bastante bien para llamar la atención de ella.
Un hombre detallista enamora a cualquiera y él lo tenía claro. Por esta razón buscaba la manera de darle algún dulce ya fuera dejándolos en la portería o lanzándolos por la ventana del laboratorio, donde siempre se encontraba ella. Llegó a tal punto de detalles que decoraba caminos de la oficina con fotos y bueno así ¿quién no se enamora?
Luego de un tiempo, la ya ahora pareja inició su primer proyecto juntos. Compraron una finca y comenzaron a construir su proyecto de vida, una empresa avícola familiar. En marzo de 2017 se pusieron una cita en un concierto de Andrés Cepeda (el cantante favorito de Tatiana) y de nuevo, ella no tenía idea de lo que la vida le deparaba. En el momento del receso, él desapareció y Tatiana estaba muy preocupada de que cerraran las puertas, pero el regresó en el momento preciso, con un rostro no muy alegre y sin dar ninguna explicación.
El concierto transcurrió sin ninguna novedad, hasta que el cantante empezó a interpretar “Día tras día”. Justo en ese momento él saco un hermoso anillo y le pidió a Tatiana que fuera su esposa. Un momento realmente emotivo que dio el inicio a un nuevo capítulo en su vida.
Llegó el momento de contarle a los padres de la novia, en un lindo restaurante de camino al Neusa, La Chocita. Y después de un juego decisivo de “piedra, papel y tijera”, Felipe pidió la bendición de sus suegros y por supuesto ellos se la dieron sin ningún problema y con la emotividad a flor de piel.
Así llegó la hora de definir la fecha de la boda. Ellos querían que fuera el mismo día de la celebración de los meses de noviazgo, los días 16. Sin embargo, conocieron a Alex Rodríguez y la Hacienda San José de la cual se enamoraron, pero solo había una fecha disponible para realizar la unión, el viernes 1 de diciembre. Asumieron el riesgo y se decidieron por esta fecha, aunque no fuera la esperada en un principio y el día no fuera el ideal.
Con la fecha decidida, Felipe estuvo – desde un comienzo – muy pendiente de todos los detalles, los colores, invitaciones, argollas e incluso hasta del vestido que lo entregaron un día antes. Pues él sabía que para Tatiana era un sueño hecho realidad y ella se encontraba iniciando un nuevo trabajo que la obligaba a estar ausente por semanas. Tanto así que hasta el día que fue a recoger su vestido casi se lleva su carro una grúa, por parar a comer algo rápido, pero fue tan afortunado que los policías no se llevaron el carro y solo le colocaron un parte.
Muchos ensayos y ensayos realizó Tatiana para el vals en la boda, pues Tatiana siendo bailarina quería algo ideal para ese día. Leonardo Ortegón, amigo de la familia hizo su magia con el arreglo de novia, con un peinado recogido y un maquillaje que la hacían sentir y ver espectacular. Ayudó a realzar su belleza la tranquilidad y confianza de estar entre amigos compartiendo junto a su madre.
Un hermoso vestido corte princesa con un escote en corazón resaltaron su figura y unos accesorios muy delicados dieron el toque final y un significado aún más especial, pues cada detalle de su atuendo nupcial fue un regalo de su familia.
Para ellos fue una gran felicidad que participaran las personas que más amaban y ver el esfuerzo que muchos hicieron por acompañarlos en su gran día. El hermano de ella hizo todo lo posible para viajar desde Dubái, los padrinos vinieron desde Canadá y EE.UU; y por supuesto el resto de la familia y amigos sin importar sus obligaciones y que la ceremonia fuera un viernes, estuvieron allí muy puntuales.
Luego de dar el sí en la ceremonia con una decoración de ensueño, siguieron a la recepción, donde abrieron el repertorio con el San Juanero y una coreografía exigente, y ¡cómo no! si estaban en la compañía del Ballet Folclórico Tierra Colombiana al cual pertenece Tatiana, para luego dar paso al Vals con una mezcla de diferentes temas: “hasta mi final” de Il Divo, “Por el resto de mi vida” de Andrés cepeda, “Que bonito” de Bachata Vicky Corbacho y “Cásate Conmigo” de Silvestre Dangong.
Así continuó la recepción hasta el final, con un sabor de agradecimiento a cada uno de los que participó por hacer un sueño realidad y al fotógrafo Andrés Torres y a Claudia Medina de Andrés Torres Photographer por capturar cada momento y especialmente cada sentimiento que estuvo presente en este día tan especial.
Lugar ceremonia y recepción: Hacienda San José| Wedding Planner: Alex Rodríguez| Fotografo: Andrés Torres | Video: Claudia Medina de Andrés Torres Photographer | Arreglo y maquillaje: Leonardo Ortegón | Grupo musical: Ballet Folclórico Tierra Colombiana
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