La naturaleza es arte. Esta hacienda para bodas es la viva demostración de que es así. En el centro de la misma te encuentras con una fuente de la que todo parece emerger, como si en el centro de un pequeño paraíso surgiera un río de belleza hacia todos sus extremos. Está a unos pasos del parqueadero y a su vez se encuentra a unos pocos pasos más hacia cualquiera de las dos capillas que se levantan en medio de las montañas: la capilla Arcángel San Gabriel para las bodas católicas y la capilla victoriana para matrimonios cristianos o de otros ritos.
Una hacienda para la boda entera
Los novios suelen escoger un espacio denominado la terraza, abierto pero a la vez cubierto por un techo, para ofrecer un coctel a los invitados mientras se van a hacerse sus fotos. En sus memorias va a quedar el paisaje inmenso que rodea a la Hacienda La Victoria, un verde que parecería infinito si no fuera por las montañas que lo rodean. Cuando todos se dirijan hacia la fiesta tendrán dos posibilidades con una vista exquisita: los salones Victoria y Garden tienen esos ventanales inmensos que te hacen el 70% de la decoración con la belleza de la sabana.
Luego de haber vivido una cálida celebración, cuando llegue el final de la boda, los invitados estarán muy cerca de Bogotá en el que no será un viaje largo. Pero tú y los invitados más importantes, podrán quedarse en las cuatro casas dispuestas para tu noche de bodas y el hospedaje de ellos. Amanecer en la primera mañana de casados, rodeados por este paisaje, parece una de las mejores primeras mañanas posibles. Dante Alighieri decía que la naturaleza es el arte de Dios y si es así, entonces esta hacienda está llena de sus obras, separa este ambiente único para tu gran día.
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