Hace mucho tiempo ya que no escuchamos hablar de historias de amor de esas largas, que empiezan en el colegio y terminan cuando los años pesan. Aunque todos las deseamos, también le tenemos miedo a intentarlas; se nos ha hecho creer que están desprovistas de aventura y cargadas de rutina. Esteban y Michelle, decidieron aceptar el reto para demostrar lo contrario.
Se conocieron en el colegio y desde entonces fue aventura, como la mañana en que Esteban llegó a la casa de Michelle y le entregó un periódico llamado El Erario, el nombre estaba relacionado con la idea del lugar en el que se guarda un tesoro. A partir de ese momento, ella había quedado matriculada en un juego llamado ‘En busca del tesoro’: ella debía ir encontrando pistas y descifrando otras, en cada estación encontraba una sorpresa diferente de parte de él.
Luego de pasar por la peluquería y el maquillaje, fue a dar en una estación donde se suponía que almorzaban y todo acababa. Pero la búsqueda continuó, pasando por su tienda favorita en un centro comercial fuera de la ciudad donde se compraría vestido y luego en una finca en Llanogrande donde luego de cavar encontró una botella con un papel que la direccionaba a una página web de los dos: www.laaventuradelamor.com
La última parada fue Guatapé: mientras avanzaba hacia el interior del lugar, la música la acompañaba. Al fondo, en una playa ficticia, la esperaba él que leía la última pista y luego le pedía la mano. El sí fue rotundo, sentido, contundente.
El 19 de marzo de 2016 se llevó a cabo la ceremonia cristiana en la que dieron el paso definitivo hacia el resto de su aventura, fue en la finca Camino Viejo de Llanogrande, allí se realizó también la recepción.
Alado fue el encargado de vestir a los novios casi en su totalidad, es decir, a excepción de los zapatos del novio y los aretes de perla de la mamá de Michelle, todo venía de ese taller. Hasta el yugo que resultó ser muy original o el anillo de compromiso, con la inscripción interna ‘Esteban’.
El estilo hippie chic de Michelle fue perfeccionado por las hábiles manos de Catalina Patiño en el maquillaje y Eicenover Viva en el peinado. Dan cuenta de la excelencia de este trabajo artístico y de la belleza de Michelle, las fotografías de Felipe Carranza, quién antes ya los había sorprendido con su calidad en una sesión fotográfica preboda alucinante.
La sencillez de la decoración realizada por Di que sí Bodas fue deslumbrante: los invitados pudieron sumergirse en el follaje verde que casi brotaba de las mesas para acompañar los platos de Mundo Verde. En todos los sentidos, los comensales disfrutaban una boda diferente. Tal, que hora loca no hubo, en su lugar disfrutaron de la voz de Silvana Gómez y cantaron con masmelos.
Los invitados partirían con recordatorios de los mismos organizadores de bodas y algunas creaciones de los novios; además recordarían que el sueño es posible, que el amor también crece de a poquitos y se hace fuerte en las manos de unos ancianos que nunca se soltaron y cada vez que los visiten o que vean su página en internet, recordarán que también ellos son llamados a la aventura del amor.
Fotografía: Felipe Carranza | La ceremonia y la recepción se realizaron en: La finca Camino Viejo de Llanogrande | Trajes de la novia y el novio: Alado | Maquillaje de la novia: Catalina Patiño | Peinado de la novia Eicenover Viva | Decoración y organización de la boda: Di que sí Bodas | Catering: Mundo Verde |Animación musical: Silvana Gómez.
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