Sergio y Lina conforman una pareja de esas que resultan un excelente equipo: fotógrafo y videógrafa de Loop, amigos, socios, compañeros y esposos. Antes de ser socios y emprender juntos fueron todo lo demás, cuando se conocieron estudiando publicidad en la Tadeo. No imaginaron entonces que sus diferentes habilidades comunicativas los empujarían a la construcción de la historia que han vivido, a la narración de tantas historias de amor, cada una con su singularidad.
Un día llegaron por casualidad a cubrir el matrimonio de un primo de Sergio y 6 años después no han salido del mundo de las bodas. Se enamoraron del amor de otros, pero sobretodo de la confianza y generosidad de los novios que les abren las puertas de sus casas y les permiten compartir uno de sus días más felices. Esa confianza que sienten que se han ganado con dedicación los lleva a darlo todo en cada matrimonio, incluso sorteando dificultades, nunca han dejado de hacer su trabajo poniendo todo su corazón.
Lina, quien es la profesional encargada de registrar la boda en video, busca muy específicamente resaltar esto en su trabajo: ‘descubrir en los momentos más intrascendentes y también en los cruciales, lo que hace especial a una pareja, su historia de amor, lo que los ha hecho llegar a ese día y lo que hace que su relación sea única’, afirma. Es evidente que cada pareja es el motor de su ejercicio creativo, videos como este que, debo confesarlo, me logró sacar más de una sonrisa, lo demuestran:
Sergio, por su parte, se encarga de lograr estas fantásticas fotografías. De él tomé prestado el término recolector de recuerdos, no se equivoca al describirse así. Parece tener la habilidad de conseguir fotografías que vuelven a la vida, si el lector tuvo la oportunidad de seguir la saga de Harry Potter, entiende a lo que me refiero: imágenes que parecen animarse cuando se encuentran con tus ojos.
El secreto para lograr ese estilo es sencillo, pero no todos pueden lograrlo: ellos no le temen a dejarse llevar por las emociones y sentimientos de cada instante. De alguna manera, el hecho de involucrarse tanto es lo que les permite no perder esos instantes mágicos y genuinos que no se pueden premeditar.
Su propuesta creativa nace de la reinterpretación de los hechos, de tomar cada foto o captura de video y darle intensidad o hacerla más suave a través de la composición, el color, la música, el montaje, entre tantos otros elementos que se unen para dar una intención. Tanto en fotografía como en video le apuestan a una narrativa audiovisual de autor, por eso sí o sí va a haber mucho de ellos en cada foto, en cada video, tanto así que la mejor forma de llegar a conocerlos es a través de su trabajo.
El tratamiento que dan a cada nuevo trabajo es el que se le da a una nueva historia. Quienes hemos tenido la oportunidad de conocer sus creaciones podemos identificar instantáneamente el hilo conductor de la historia. Debo reconocer que en alguna oportunidad me resultó mejor narración su fotografía acerca de la historia del matrimonio de una pareja que las mismas respuestas de los novios, otro sello de la calidad y la experiencia que les caracteriza.
Aman el sol, los animales, el verde, por eso es fácil encontrar tanta luz y tantas atmósferas naturales en su trabajo, pero lo que definitivamente encuentran imprescindible es el amor, las miradas largas y los besos lentos, esos que surgen cuando nadie ve o, en su caso, cuando ve alguien que sabe pasar desapercibido.
Sin embargo, no hay un solo horario que les resulte incómodo. Si bien prefieren el atardecer, al punto de bautizarlo la hora mágica, también saben aprovechar horarios como la noche: ‘es romántica, tenemos la posibilidad de hacer cosas diferentes usando las luces y los ambientes que se crean en la noche, nos permite jugar con distintos esquemas de iluminación y técnicas que solo se pueden hacer con oscuridad’, sostienen.
Loop es más que su trabajo, es su estilo de vida, con todo y las largas jornadas y las madrugadas de los domingos para encontrarse con los novios para su sesión pre-boda. Al final, cuando ven las sonrisas de los novios después de la entrega y entienden que esa misma sensación acompañará a muchas generaciones cuando vean su trabajo, todo vale la pena y son Sergio y Lina quienes quedan más agradecidos con cada pareja por haberles enseñado algo, por haberles permitido compartir tanto en solo un día.
Cuando nos cuentan una historia, siempre queremos que esté bien narrada, que no nos aburramos escuchándola, que nos cuenten todos los detalles. Eso es lo que encuentro que hacen Sergio y Lina, dos enamorados del amor, dos profesionales de la comunicación, dos voces diferentes, pero que saben combinarse perfectamente para narrar una historia.
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