Confiar infinitamente en que los hermosos momentos van a suceder es clave para lograr cada uno de tus sueños, que permiten encontrar en el camino detalles mágicos que hacen de tu vida una experiencia para volver a disfrutar. Y es así, como creer en el amor a primera vista ha permitido hablar de la romántica historia de Laura y Leonardo.
Se conocieron en el grupo cristiano de jóvenes, cuando Laura fue por primera vez, y desde ese momento ambos se sintieron atraídos, fue una conexión inmediata. Iniciaron con una bonita amistad, porque todo se dio para que fueran amigos, los mejores, y así fue por un año y medio, entre risas, charlas, salidas y experiencias que compartieron.
Lo que dio paso a que el sentimiento que hubo desde el primer día saliera a relucir.
27 de febrero, una fecha para no olvidar. ¿Por qué? porque hubo dos celebraciones importantes: el cumpleaños de Lau en Isla Morada, un día lleno de sorpresas con detalles que Leo sabía a ella le gustarían. La pedida de mano fue el segundo motivo para festejar y no parar de estar felices, mientras disfrutaban de un atardecer, que parecía colorear el cielo, en el muelle del restaurante. Upperfilms se encargó de registrar cada momento, especialmente cuando fue pronunciado el sí, con un diamante negro que decoraba la mano de la cumpleañera.
Después de estar buscando el vestido de novia ideal y probar muchos para lograr encontrar aquel que la hiciera sentir “es el indicado”, Laura finalmente lo dejó en manos del diseñador Freddy Castro, un gran amigo de la pareja. Es así, que lució un corpiño de torchon ivory con Peplum y cinturón, y en gasa en la parte de abajo. El corte cuello bandeja y el escote en la espalda con fondo color piel, dieron la sensación de ser una transparencia, ¿el detalle que hacia al atuendo único? Una capa de gasa y torchon que caía en cascada. Los accesorios, imprescindibles, un tocado en dorado con perlas de Rosh Millinery, aretes de Mercedes Salazar y zapatos romanos en color camel de Mercedes Campuzano le dieron el toque diferenciador.
La encargada de resaltar el rostro de Laura fue ella misma, sí, gracias a que es maquilladora pudo disfrutar de un tiempo a solas y fue algo que siempre soñó. Para la novia fue un momento muy especial porque “quería agradecerle a Dios en un día tan importante con mis propias manos”, fueron sus palabras. Lo describe como una experiencia increíble, se demoró 2 horas y fue muy feliz de hacerlo.
Leo llevó una camisa gris claro y un blazer gris oscuro, diseño de Freddy Castro, y para romper un poco con la formalidad y darle un aire más juvenil, optó por unas botas de cuero y jeans de Pull & Bear. Su corbata, de Grand Frank, fue la protagonista en su atuendo gracias al estampado de flores con fondo negro que jugaba perfectamente con los colores de la boda.
No solo los novios fueron protagonistas, también los amigos. La corte de hombres llevaba camisa remontada (para resaltar los tatuajes), sin corbata, pines de cámaras, jeans negros y botas. Las damas de honor lucían falda negra corte A con un crop top de encaje del mismo color y botines o zapatos de tacón grueso, todas con labial rojo o vino.
El 26 de agosto de 2016 el pastor de parejas la Iglesia El Lugar de Su Presencia, fue testigo del amor que la pareja se prometió para toda la vida. La recepción se llevó a cabo en la Hacienda Guanatá, un sitio ideal para disfrutar al aire libre. Pero, ese día el clima no parecía estar a su favor, la lluvia hizo presencia desde las 8:00 am hasta las 4:20 pm, y la ceremonia estaba prevista para las 3:30 pm. Y aunque los invitados se mostraron angustiados al preguntar si tenían plan B (no lo había), Lau y Leo no dejaron de creer que Dios haría el milagro.
Es así que la novia con convicción tan solo dijo “cuando me ponga el vestido va a escampar”. Para sorpresa de todos, a las 4:30 pm el cielo en un azul precioso junto al canto de los pájaros, parecían anunciar que ahí venía la novia. Porque tal y como pusieron en su tarjeta la cita bíblica Hebreos 10:35-36 “Por eso, no pierdan la confianza, porque ésta les traerá una gran recompensa. Ustedes necesitan seguir confiando para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido”. Y es así que reiteran que siempre fue de ese modo, especialmente con la lluvia.
Bohemio y silvestre, así definen la decoración. Y el detalle fuera de lo convencional fue el tatuaje de cada uno, el del novio en el brazo, y el de la novia en la espalda, además de la corbata y el bouquet. ¿Por qué fue especial? Porque era lo único que tenía flores, y querían que fueran protagonistas en ellos.
El resto de la boda estuvo acompañada de eucalipto, follaje y gipsofila, todo hecho por Haus.co. El dorado es el favorito de Laura, y el de Leo es el negro, por lo que fueron los colores de la boda junto al blanco, todo esto para que ambos sintieran que era el día de los dos y no solo el de la novia. Ese fue el secreto de ella para lograr que él estuviera pendiente de cada detalle y deseara participar desde el primer momento en que empezaron a organizar todo.
Su interés por tener el mejor de los días se vio reflejado. Se encargaron de realizar tarjetas de agradecimientos personales y mandaron a hacer galletas en forma de corazón con los colores de la boda. Además, los botellas en las que los invitados tomaron la bebida, estaban marcados con sus nombres, por lo que a la vez fueron un recordatorio. “Somos una nueva gran familia” fue el concepto de la pareja, y es por eso que quisieron un asado a cargo de Miguel Ianini de Asados Gordos Inc, lo que fue una buena alternativa al lograr deleitar el paladar de los familiares y amigos, especialmente porque la carne venía directamente de la parrilla.
Un ambiente que permitió disfrutarán de las distintas actividades pensadas en los asistentes, es así que tuvieron un momento de feria con rana y jenga, mientras disfrutan de helados de paila (Laura que es de Nariño soñaba con tenerlos), y de una barra de S’more que consta de una chimenea artificial para derretir masmelos.
Solo para ti de Camila, fue la canción que bailaron al significar mucho para ellos. Y después fue momento para dar paso a una gran celebración junto a los familiares y amigos, en una noche muy musical: Wonderwall de Oasis, Slow dancing in a burning room, e Instant Crush de Daft Punk & Julian Casablancas, hicieron parte del repertorio que ambientó aquella fecha tan especial. Hubo una sorpresa especial por parte de una de las mejores amigas de Laura, al cantar Disfruto de Carla Morrison.
Cada momento y detalle fue retratado por Josué Bonilla Wedding Photographer, quien se encargó de lograr que la pareja tuviera el mejor recuerdo de sus vidas y las fotografías retratan ese maravilloso día, él consiguió que la pareja guardara de la mejor forma los recuerdos de este día y sin dudarlo, si tuvieran que elegirlo lo harían una vez más.
Una pareja que disfruta crear mágicas experiencias, como lo fue al finalizar la celebración. Realizaron una calle de honor de chispitas mariposas y “se volaron” para no despedirse de nadie. Y así como este detalle, todo estuvo fuera de lo convencional, dejaron su huella. Con un año de antelación planearon cada movimiento y pasaron tardes enteras haciendo juntos cada cosa. Su dedicación y entrega desde el inicio demuestra la solidez de la relación que apenas empieza.
Locación: Hacienda Guanatá | Fotografía: Josué Bonilla Wedding Photographer | Decoración: Haus.co | Tocado: Rosh Millinery | Vestido de la novia: Freddy Catro | Aretes: Mercedes Salazar | Zapatos de la novia: Mercedes Campuzano | Camisa y blazer del novio: Freddy Castro | Corbata: Grand Frank | Video: Upperfilms | Catering: Miguel Ianini de Asados Gordos Inc | Restaurante pedida de mano: Isla Morada.
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