El estilo boho-chic me parece uno de los que mejor representan el tipo de boda que me gustaría tener. No se trata de una boda amarrada por una cantidad insoportable de formalismos, no es un evento cuadriculado, pero no pierde la distinción. El nombre lo explica mejor: ‘boho’ como una abreviatura de bohemio y ‘chic’, el término francés para referirse a la elegancia o lo elegante. Al ver las fotos de Juan y Juanita, me sentí totalmente identificado. Aquí están reunidos muchos de los elementos que conforman este tipo de bodas.
Ambientes
Hasta sus nombres parecen estar diseñados para el estilo de la boda; Juan y Juanita se conocieron por una amiga en común. Ni el momento del compromiso se salvó de este estilo: se dio en un ambiente muy relacionado con las bodas chic, el imaginario de estas bodas se parece a la imagen de una gran mesa con velas en la mesa o linternas y debajo de un árbol, un jardín amplio, un viñedo… Juan le pidió la mano en el campo, cerca de la ciudad en que vivían, una buena idea tomando en cuenta el estilo que escogió Juanita para la boda.
El ambiente que escogieron los novios para llevar a cabo su boda fue la playa, en el Hotel Spa Karmairi en Manzanillo, Cartagena. ¿Existe algo más bohemio que el sol cayendo sobre el mar mientras prometes que estarás fielmente al lado de la persona que amas? Escogieron que la ceremonia fuera por el rito católico: una jupá recubierta de follaje, fiel al estilo propuesto por la novia, enmarcaba el altar entre el espectacular paisaje de un mar que cambiaba de colores mientras la noche llegaba.
La novia
Sin una novia boho-chic, no hay una boda de tal estilo. Juanita fue una increíble modelo del estilo. Primero estaban su maquillaje; muy apropiado para playa, ligero y muy natural, y su peinado, cabello suelto con una hermosa tiara de marcado estilo bohemio. Estas dos primeras características, obra del gran Diego Moya, reconocido maquillador y estilista.
Luego estaría el vestido de Juanita: hecho a medida, de dos piezas, con encajes y materiales apropiados para el clima del lugar y que generara una sensación de comodidad. Evocaba un estilo hippie, su aspecto era enriquecido por la presencia de los brazaletes o las tirillas para los pies de la novia, descalza, unos accesorios eran de Free People y los otros, diseño de Victoria Montañez, talento colombiano.
DIY
El norteamericano Do It Yourself!, también es característico de este estilo y estaba en casi todo. Así, Juanita misma, fue a una floristería y seleccionó los materiales que compondrían su ramo, ‘quería que fuera muy natural y sobre todo, más follaje que flores. Compré las cosas en una floristería en Cartagena y lo armé el mismo día en la mañana’, explica la creativa novia.
También asumió la decoración como trabajo propio. Aunque contó con la colaboración del hotel para la instalación de la misma; fue la novia quien escogió, en la misma línea que se había usado para la jupá y el ramo, el tipo de follaje que quería: ‘no había flores en la decoración, solo hojas’, precisa Juanita. Manteles, letreros de los invitados, centros de mesa, todo fue hecho a mano por la novia pensando en incluir el tema de playa. Así Juanita logró, además, una boda personalizada.
Un ambiente de intimidad
La otra característica de este tipo de bodas es que se prestan para tener un ambiente de familiaridad. Por eso los platos típicos cartageneros, también elaborados por el hotel: posta cartagenera, cóctel de corozo y de postre, cocadas. Un menú muy relajado, pero además propio de una boda destino como la que Juan y Juanita escogieron. Su intención era que los invitados probaran comidas tradicionales de la región y lograron sorprenderlos con esta apuesta.
En cuanto a protocolo, optaron por no planear nada, ‘lo que surgió en el momento’, dice Juanita. Desde la ceremonia habían estado enfocados en que los invitados se sintieran muy cómodos; hubo sandalias para las mujeres, sombreros para los hombres, abanicos, jabón de manos y otros recordatorios. Remarcando esa intención de un ambiente entrañable y fraterno, en lugar de hora loca, tuvieron un tiempo frente a una fogata. También porque la novia quería hacer presentes los cuatro elementos: aire, tierra, agua y fuego.
Gabo y Mafe Fotografía rescataron a través de su lente el encanto de esta boda y se encargaron también de la sesión ‘trash the dress’, que fue llevada a cabo en Barú. Los novios recomiendan su trabajo, especialmente porque fueron capaces de rescatar el elemento fundamental que estos novios lograron proponer en su boda: fantasía. Juan y Juanita supieron lograr una boda única como su amor. La descripción resulta mucho mejor en las palabras de los novios: ‘nuestro matrimonio fue mágico para nosotros, ¡algo inolvidable!’
Locación de la boda: Hotel Spa Karmairi | Maquillaje y peinado de la novia: Diego Moya Salón Day Spa | Accesorios de la novia: Free People y Victoria Montañez | Fotografía: Gabo y Mafe Fotografía ||
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