Mauro Jiménez y Etna Mejía Se conocieron en 2004 en la Universidad El Bosque de Bogotá, cuando eran estudiantes: él de medicina y ella de biología. “Mauro me encantó desde la primera vez que lo vi, sin embargo yo sabía que él me veía como una niña más”, confiesa Etna, quién nos cuenta que jamás se imaginó que ese churrito que ella creía que ni la miraba iba a llegar a desordenarle la vida. Te recomendamos leer sobre los consejos del Papa Francisco para un matrimonio feliz.
“Con el tiempo nos convertimos en buenos amigos porque entrenábamos juntos fútbol en la selección de la universidad. Él tuvo varias novias durante la carrera y yo las conocí a todas” recuerda Etna riendo. Las fiestas, los amigos y las clases seguían y algún día, cuando ya estaban en sexto semestre, él la invitó a su casa a ver una película y se dieron un par de besos pero Etna dice que “fue como besar a un primito jajaja”. El asunto quedó ahí y ninguno de los dos le dio mayor importancia.
El tiempo seguía pasando…
Ambos siguieron con su vida y Etna tenía un novio que la celaba mucho con Mauro, a pesar de que ella asegura que no sentía nada por él, pero al parecer, el ex tenía razón, pues entre ellos dos siempre hubo una atracción difícil de entender hasta para ellos mismos, pero imposible de ignorar para los demás. Ya en 2009, terminando la universidad, Etna estaba haciendo su pasantía y Mauro el internado en Girardot y un viernes coincidieron en la universidad. Para este momento, los dos estaban solteros y de nuevo hubo besos y aunque ella siempre juró que no hacía parte del prototipo de mujeres que le gustaban a él … todo empezó a cambiar desde ese día.
Él, que estuvo especialmente romántico, le prometió llamarla cada vez que viajara a Bogotá para seguir saliendo y a ella le gustó mucho la idea porque la habían pasado muy bien, sin embargo, se fue, pasaron los días y el príncipe azul… Nunca apareció. También te puede interesar leer sobre las experiencias que si o si deberías tener con tu pareja antes de tener hijos.
El destino mezcla las cartas…
… Y nosotros las jugamos, decía Arthur Shopenhauer y en esta historia, una vez más, cada uno siguió con su vida, ella empezó a salir con un ex novio y unos meses después volvió a encontrarse con Mauro; él no tuvo ningún problema en darle un beso en la boca, pero esta vez la reacción de Etna fue diferente, se alejó de él, que se mostró súper sorprendido como si no se acordara de que llevaban un año sin hablar. Ella le dejó muy claro que tenía novio y que no le interesaba nadie más: estaba segura de que él iba a volver a desaparecer en cualquier momento.
Sin embargo y contrario a los presagios de Etna, Mauro empezó a llamarla y a insistir mucho para que salieran pero ella siempre le decía que no y hasta le pidió que la dejara en paz porque estaba muy feliz y tranquila con su vida.
El juego de evitar lo inevitable
Después de varios meses y, para no perder la costumbre, se encontraron de nuevo en la universidad por casualidad. Fueron a almorzar y Mauro le propuso darle un beso, como en una “especie de juego”, ¿qué más daba un beso? no sería el primero, la diferencia es que esta vez si les gustó a los dos … ¡Y mucho!
Pasaron una tarde increíble, fueron a tomar algo y se rieron como nunca. No se veían hacía tiempo, así que había mucho de que hablar y los dos estaban solteros. Él estaba haciendo el rural cerca a Bogotá y prometió llamarla, de nuevo, cada vez que tuviera que viajar…. Esta vez si cumplió y siempre estuvo muy pendiente de ella, pero ahora Etna tenía planes distintos y la verdad no le daban muchas ganas de salir con él.
¿Cambio de roles?
Mauro no se rindió fácil, la llamaba, le llevaba flores y un día le confesó que ella le gustaba mucho y que quería una relación en serio. “Ay no, tu eres médico y yo ahora no quiero meterme en relaciones complicadas, no quiero dramas en mi vida”. La mala fama de su profesión no le impidió seguir adelante con su conquista, al contrario, cada rechazo era como un incentivo para lograr tenerla en su vida.
Mauro, que sabía que ella también había salido con otras personas durante esa época, persistió y persistió, la llevaba a los mejores sitios y siempre la recogía y la dejaba en la puerta de su casa y era cada vez más especial. El tiempo siguió su curso y en marzo de 2011, finalmente Etna decidió apostarlo todo por él, tal vez estaba de acuerdo con Isabel Allende en que “No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas”, pero vale la pena intentarlo…
¡Ya no puedo esperar más!
Mauro quería un anillo especial y estaba asumiendo todos los gastos de su casa porque de vivir solo, pasó a compartir su casa con su familia que antes vivía fuera del país. Sin embargo, no aguantaba más y tuvo que decirlo, con o sin anillo, quería comprometerse con el amor de su vida sin que el dinero fuera un impedimento, así que en el mes de su aniversario en 2014, se comprometieron de palabra. Coincidieron en que los dos querían formalizar su relación, formar un hogar y acordaron hablar con sus familias. Sus papás les dijeron que sin importar si se casaban por lo civil o por la iglesia, les iban a ayudar con los gastos y les dieron su bendición. Te puede interesar leer sobre cómo pedirle matrimonio a tu pareja.
El tiempo de los preparativos
Con los horarios de médico de Mauro, era muy dificil coordinar el matrimonio pero finalmente organizaron todo y durante el curso prematrimonial ocurrió algo super bonito y significativo: hubo un momento en el que los coach pidieron a las parejas que actuaran como si estuvieran en el altar y Mauro se puso muy triste porque todas las novias tenían sus anillos de compromiso… entonces le dijo a Etna, “algún día te voy a regalar tu anillo”, ella le respondió con una sonrisa, que no pasaba nada, que se iba a casar con él porque lo amaba enormemente, no por un anillo y eso lo tenía claro.
Con el agua al cuello… Literalmente
Etna tiene familia en Ibagué y se pusieron de acuerdo para ir a las fiestas de San Pedro. El viernes antes del viaje, Mauro la llamó a pedirle que llevara una pinta linda, ella no le dio mucha importancia al detalle aunque él jamás le decía que ponerse y era un poco extraña su petición. Ese día, además había partido de fútbol de Colombia y todos se estaban preparanado para verlo. Cuando Etna estuvo lista y bajó a la piscina, Mauro puso la canción All of me de John Legend, en su Bose y se tiró al agua de repente, ella, que sabía que esa piscina era helada la estaba evitando totalmente pero él le insistió en que lo acompañara y la terminó convenciendo.
Haciendo un esfuerzo por acostumbrarse al frio del agua, Etna no tuvo tiempo de reaccionar cuando Mauro sacó de su bolsillo, una bolsita ziploc con la cajita del anillo de compromiso, la abrió y de nuevo le pidió que se casara con él… esta vez con Legend cantando de fondo: “Love your curves and all your edges, all your perfect imperfections…You’re my end and my beginning, even when I lose I’m winning…”, también le dijo que era la mujer de su vida, la mamá de sus hijos. Por supuesto, la canción se convirtió en la elegida para ser el vals del día de su matrimonio.
I love you till the end
Etna y Mauro, se casaron el 4 de octubre de 2014 en la Iglesia del Gimnasio Moderno y la recepción la hicieron en el Pestana Hotel Group de Bogotá. El vestido de la novia en corte sirena, strapless en forma de corazón y con un corsé en la parte de atrás, fue comprado en Alegria’s Brides de Miami. El Traje de Mauro es de Zara Men, su corbatín de la tienda Soloio del Centro Comercial El Retiro y su reloj de Massimo Dutti. Los accesorios de la novia: aretes y cadenita de diamantes fueros diseñados por Zoken Joyeros.
El anillo de compromiso dice “love you till the end” y en las argollas de la novia hay 7 diamantes puros, pequeños y son de oro blanco de 24 kilates; la argolla del novio tiene un estilo “muy él”: con diamantes de colores y un diseño vintage corrugado. La de Etna es mucho más clásica y dice: Nepo, (el apodo de Mauro) con la fecha de la boda y la de él dice: Titi, que es como él le dice a su esposa y también está la fecha del matrimonio.
Los Zapatos de la novia fueron de color salmón para que salieran con el bouquet y los de Mauro cafés porque su vestido era azul. La tiara de Etna fue comprada en Pronovias y Gerardo Neuta, el peluquero de Etna de toda la vida, fue él el elegido para dejarla divina en su gran día.
¡El novio escogió las flores!
El ramo lo escogió el novio con la misma persona que hizo los centros de mesa, Elizabeth Torres, la wedding Planner que se encargó de toda la decoración con rosas blancas y salmón.
En las bodas, la iglesia del Gimnasio Moderno se encarga de poner los arreglos florales de rosas blancas con chamizos verdes y rosas rosadas. A la salida de la ceremonia, la wedding planner organizó todo para que cada invitado soltara un globo de colores pastel: salmón, azul celeste y blancos. La decoración floral del hotel y los centros de mesa fueron hechos con hortencias: flor favorita de los novios.
¡Fotos, muchas fotos!
Fabian Macca, fotógrafo de Photoolove, hizo para los novios el paquete completo de fotos que quedaron espectaculares. Las fotos de la preboda, que fueron hechas en Chingaza y en la estación del tren de la calle 109 con carrera 9 en Bogotá, son súper románticas, tiernas y divertidas; las fotos de la boda mostraron lo mejor de su gran día y además, el paquete incluía una sesión de fotos boudoir para que la novia le regalara a su esposo en la noche de bodas. Esta tendencia de fotos sensuales, femeninas, elegantes y con mucho estilo, resultó ser un hit: a Mauro le encantaron.
Detalles vintage
El carro que llevó a Etna a la iglesia y después a las novios a su noche de bodas fue un Bel air convertible del año 55 con un ramo de flores divino. Para la fiesta, los novios crearon un rincón vintage para el photocall, en el que había una bicicleta antigua, una jaula para meter los mensajes de la gente y un cuadro que caía del techo, además de bigotes y labios para que los invitados hicieran fotos divertidas.
Mimosas de bienvenida y una comida deliciosa
A cada invitado que llegaba, le daban una mimosa de bienvenida y del catering se encargó el chef del hotel: risotto, zucchini y lomo, hicieron parte del menú, que fue un éxito absoluto. El ponqué fue hecho por Gloria de Santana Ponqués, que hizo una torta red velvet espectacular con el modelo que la novia quería.
Las mesas eran cuadradas de 10 puestos en vidrio (porque Etna odia las mesas con manteles) y las sillas tipo tiffany sin forros. Cada mesa tenía un nombre relacionado con un valor, por ejemplo, una se llamaba Amor, otra Amistad, Lealtad, Paz, Unión, Respeto, Tranquilidad etc.
#Titi&Nepo2014
En la entrada había un letrero con el hashtag: #Titi&Nepo2014 para que la gente compartiera las fotos que tomaba ese día en Instagram. A los invitados les dieron accesorios para la hora loca en la que cantó el grupo de reguetón Reino Urbano. ¡Todos se divirtieron muchísimo!
Prometo…
Etna escribió los votos mientras la arreglaban y Mauro hizo los suyos bajo la lluvia en el carro esperando que llegara la hora de casarse: todos lloraron cuando los novios los leyeron en la misa y ese fue el momento más lindo y especial que recuerda Etna de su matrimonio, al que resume en una frase como: “felicidad absoluta, el mejor día de nuestras vidas: todo estuvo acorde a lo que somos y a lo que queríamos”.
Hoy, después de dos años de feliz matrimonio, Etna y Mauro esperan a su primer bebé. Les deseamos lo mejor y que la familia siga creciendo y ese amor mágico, único y literal, de toda la vida, se mantenga intacto como hasta ahora. A nuestros lectores, si quieren suspirar un poco más, no dejen de leer la boda fairy tale de Alejandra y Mario.
Ceremonia: Iglesia Gimnasio Moderno | Recepción y catering: Pestana Hotel Group | Ponqué: Gloria de Santana | Vestido de novia: Alegria´s Brides Miami | Traje de novio: Zara Men y Corbatas Soloio | Zapatos novia: Zara | Zapatos novio: Zara Men | Accesorios novia: Zoken Joyeros y Pronovias | Accesorios Novio: Massimo Dutti | Peluquería y maquillaje: Gerardo Neuta | Fotografía: Photoolove | Wedding Planner: Elizabeth Torres | Música: Grupo Reino Urbano.
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