Son casi las 3 de la mañana y quizá no dejas de pensar: “¿Por qué mi pareja es así?” “¿Por qué reaccionó de esa forma?” Uno de los aspectos que más influye en la forma cómo nos comunicamos con los demás es el temperamento. Éste viene en nuestra esencia, en nuestros genes. Hipócrates fue el primero en desarrollar una clasificación de los diferentes temperamentos, por tal razón, conocerlos será útil para poder tratarnos mejor.
El principal error en las relaciones matrimoniales es pretender cambiar a la pareja. La clave está en ser felices cuando lo puedes conocer y aceptar como es. No te pierdas: 5 cosas que cambiarán en tu relación después de casarte. Los cuatro temperamentos del ser humano son: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático. ¿Cuál es el de tu pareja y cuál es el tuyo?
1. Sanguíneo: el alma de la fiesta
Las personas que tienen este temperamento son aquellos que se destacan por su alegría, alta sensibilidad y también son muy extrovertidos. Les encanta la gente y desprecian la soledad. En ocasiones son algo indisciplinados y desorganizados. ¿Ya leíste: 10 razones determinantes para enamorarte perdidamente antes de los 30 años?
2. Colérico: independiente en todos sus asuntos
La persona de temperamento colérico es muy rápida y activa en sus decisiones. Es extrovertido y necesita siempre estar haciendo algo. No se rinde ante cualquier obstáculo si no que sigue adelante. Una de sus debilidades es que puede ser muy hostil, cortante, e incluso explosiva. Te recomendamos: 10 consejos para todos los recién casados: ¡Una nueva vida comienza!
3. Melancólico: sensibilidad extrema
El melancólico se caracteriza por ser muy sensible emocionalmente y también algo introvertido. Tiene un alto nivel de inteligencia y disfruta del arte y de la perfección. Es analítico y puede tener muchos talentos. Es muy fiel y por lo tanto es buen amigo. Su debilidad es que en ocasiones se deprime, es pesimista y algo egocéntrico. Te puede interesar: Nos atraen los hombres misteriosos e introvertidos ¡Descubre por qué!
4. Flemático: tranquilidad y serenidad
Es una persona equilibrada, tranquila, que raramente se enfada. Suele experimentar más emociones de las que realmente expresa. Es de muy buen corazón, pero le cuesta manifestar sus sentimientos. Tiene un gran sentido del humor. Su debilidad es que puede llegar a ser apático y es algo terco e inseguro para la toma de decisiones.
Pueden existir mezclas de estos temperamentos, pero lo importante es aprender a ver las virtudes y defectos. Te aconsejamos le digas a tu pareja 5 cosas que te enamoran de él y 5 cosas que quisieras mejorar. De esta forma podrán aprovechar al máximo sus formas de ser y no criticarse y señalarse: ¡Nuestras diferencias nos complementan! La clave está en la comprensión.
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