Separar el día entero y no volver a casa sino hasta que haya terminado la fiesta. Esa es la idea que tenemos de lo que va a ser el día señalado en la invitación, cuando se nos convida a participar de una boda. Catalina y Daniel escogieron una celebración de su amor más sencilla y recatada, pero no por eso menos festiva. No se pudo lograr un mejor registro que la fotografía de Valeria Quintero.
De los amores bonitos que nacían en los barrios, poco habíamos vuelto a saber. Se nos había vendido que todo tenía que venir de encuentros de esos de telenovela. Pero Catalina y Daniel no existían para ajustarse a eso: se conocían hacía ya 10 años porque eran vecinos, vivían en la misma unidad residencial y el amor surgió así.
La propuesta de matrimonio también estuvo vestida de sencillez: ‘fue el 4 de enero de 2016. Estábamos relajados charlando en la casa de él y de un momento a otro, me propuso matrimonio. Fue súper espontáneo y auténtico´, comenta Catalina. Poco más de 4 meses después, un 7 de mayo, estarían frente al altar.
Catalina vestiría un hermoso vestido Allure Bridals de corte sirena con escote corazón y un manto catedral que contrastaba discretamente con el escote en la espalda, una buena selección de la tienda de novias Maribel Arango Novias y Fiesta que combinaba hermosamente con sus bailarinas palo de rosa.
Los aretes de plata y cristales en filigrana diseñados por Adelaida Cardona y la alianza de matrimonio, eran todas las joyas que acompañaban el rostro sutilmente maquillado por Natalia Herrera; Diego Levin sería el encargado del peinado. El ramo: hortensias blancas, orquídeas, rosas y perlita, decorado con encaje marfil español, fue obra de la decoradora Flor de Valencia.
Daniel la esperaría en el altar de la Iglesia de San Antonio del Hotel Intercontinental Cali con un traje hecho a medida en la Sastrería Rodríguez y unos zapatos en cuero color café de Zara. La decoración floral, de la misma diseñadora del ramo, se ajustaría a las flores del bouquet y sumaría candelabros y velas blancas.
Luego vendría la recepción; a cargo del hotel estaría el catering, pero no sería todo lo que hallarían los invitados en la mesa: en tonos dorados y blanco se erguían sobre la mesa candelabros metálicos, arreglos en rosa, perlita y orquídeas, decoración de Carmen Gómez. Los discursos de los novios, padres y padrinos, serían los momentos más fuertes de la recepción, luego de disfrutarla, partirían con una cajita metálica con dulces y abanicos, recordatorios hechos por Invita – Recuerdos de boda.
El amor es un sueño que se realiza en sí mismo. No necesita más adornos o decoraciones, el amor es suficiente para embellecerse, es por eso que Catalina recuerda su matrimonio como toda novia debería recordarlo: ‘un sueño hecho realidad’.
Fotografía: Valeria Quintero | Vestido de la novia: Maribel Arango Novias y Fiesta | Aretes de la novia: Adelaida Cardona | Maquillaje de la novia: Natalia Herrera | Peinado de la novia: Diego Levin, Greko Peluquería | Ramo de la novia y decoración de la capilla: Flor de Valencia | La ceremonia se realizó en: Iglesia de San Antonio | Catering: Hotel Intercontinental Cali | Traje del novio: Sastrería Rodríguez | Zapatos del novio: Zara |Decoración de la recepción: Carmen Gómez | Recordatorios para los invitados: Invita – Recuerdos de boda.
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